Las recetas me recuerdan a las canciones. Las acabas asociando a una época de la vida, a un viaje que hicistes, a una persona que pasó por tu vida...
Y ésta, precisamente por ser de los primeros arroces que me enseñó mi madre, me recuerda al primer fracaso culinario en condiciones que sufrí. Bueno, más bien sufrimos mi hermano y yo :)
Tendría unos 14 o 15 años, mi hermano dos más, y era de esas primeras veces en que nos quedábamos varios días solos en casa sin mis padres. Ellos habían viajado a Málaga a visitar a mi familia materna, y nosotros, más contentos que unas Pascuas, nos las dábamos de mayores y autosuficientes para todo ^_^
Llegó la hora de comer, y más chulos que un ocho, decidimos preparar un arroz al horno. Todo marchaba bien. Precalentamos el horno, hicimos el sofrito, rehogamos el arroz...y ni siquiera recuerdo si habíamos leído en la receta algo sobre un caldo de pollo que había que añadir.
La cosa fue que a ninguno de los dos le pareció extraño que aquel arroz se metiera al horno tal cual, sin caldo sin nada. Qué felices éramos. Hasta que pasados unos 20 minutos empezamos a oler algo raro, más bien a quemado. Qué digo quemado, churruscado! :o
Se me quedó grabado ese arroz negro como el carbón que sacamos del horno, pero también las risas que nos echamos, y ese ratito que pasamos armados con cucharas y comiendo los trocitos de patatas que se pudieron salvar del calor del horno :D
Después de ese arroz, vinieron muchos más (todos con caldo, por supuesto) :). Pero sí que es verdad que desde que me puse a vivir sola, dejé de cocinarlo.
Pero hace pocas semanas me compré la cazuelita de barro que veis en la foto, apta para parejas, y volví a la carga. Ahora sí que sí!
Espero que este arroz sea el que encabece muchos más ;)
Ingredientes:
2 puñaditos de arroz
1/2 patata
2 ajos
1 tomate maduro
1 morcilla pequeña
1 chorizo
1 longaniza
1/2 bandeja de costillas de cerdo
2 vasos de caldo
2 hojitas de laurel
Azafrán
Pimentón dulce
Aceite de oliva
Elaboración:
Precalentamos el horno a 200º, con la parte de arriba y abajo encendida.
En la cazuela de barro, echamos un chorrito de aceite y rehogamos los ajos. Añadimos el tomate maduro rallado. Echamos el embutido picado, las costillas y la patata a gajos. Sofreimos para que coja color. Añadimos el arroz y rehogamos. Echamos una cucharadita de pimentón dulce. vertemos los dos vasos de caldo de pollo de modo que cubra todo el arroz. Añadimos el azafrán y las hojas de laurel, y metemos al horno 30 minutos. Pasado este tiempo, apagamos el horno y dejamos reposar.