Este postre me gusta mucho porque es muy ligero ya que es como una especie de "mousse gelatinada" no se hace pesado al comerlo, además al llevar frutas es ideal para hacer que los niños las coman sin darse cuenta. Y por si todo eso fuera poco, es fácil y rápido de hacer, así que... ¿ a qué estáis esperando para animaros a probarla? Todo son ventajas jajaja.
Bueno, dicho todo esto comenzamos con la receta, que si no me enrollo mucho ;)
Para molde de 1 litro aproximadamente.
Ingredientes:
500 gr. de fresas.
500 ml. de nata (crema de leche) para montar.
150 gr. de azúcar glas.
1 naranja.
6 hojas de gelatina neutra (o un sobre en polvo).
Elaboración:
Comenzaremos poniendo las hojas de gelatina en agua fría para que se hidraten. Deben de estar sumergidas entre 5 y 10 minutos.
Seguidamente tendremos que licuar las fresas. Pero para ello antes las lavaremos, cortaremos las hojitas y las picaremos para que luego al pasarlas por la licuadora sea más fácil su triturado.
Consejo:
Si en casa no tuvierais una licuadora, también podéis triturar las fresas con una batidora. Aunque queden restos que hagan el triturado menos uniforme, no pasa nada, ya que como luego lo tamizaremos le quitaremos todas esas partes que no nos dejen conseguir un zumo homogéneo.
Una vez tengamos el zumo de fresa, exprimiremos la naranja también. Luego, tamizaremos ambos jugos con el colador para conseguir una textura uniforme que no nos haga encontrarnos tropezones en nuestra bavarois. Yo los tamizo en el mismo cazo que luego usaré para el baño María y así ahorramos luego en el fregado ;)
Cuando estén bien colados, le añadiremos el azúcar glas que removeremos poco a poco para que se deshaga en esa mezcla. Como siempre usaremos un colador para tamizarlo y así evitar grumos y ayudar a que se mezcle todo mucho mejor.
Sacamos la gelatina del agua y la secamos bien. Seguidamente llenaremos un recipiente de agua donde pondremos el cazo para calentar nuestra mezcla al baño María. Lo pondremos a fuego lento y cuando veamos que está caliente, le añadiremos las hojas de gelatina neutra y removeremos hasta que "desaparezcan". El darle calor a la mezcla es precisamente para que la gelatina se integre bien con el resto de los ingredientes.
Una vez que esté bien integrado, apartamos y reservamos para que se temple un poco. En ese momento nos dispondremos a montar la nata (crema de leche).
Consejo:
Para facilitar montar la nata (crema de leche) es recomendable que la misma esté fría. Además en mi caso me gusta también enfriar el recipiente donde vaya a montarla (en este caso un bol), ya que así parece que monta más rápido.
Ahora sólo nos queda añadir la mezcla del cazo con la nata montada (crema de leche). Así que iremos añadiendo poco a poco el líquido e integrándolo con la nata (crema de leche) siempre haciendo movimientos envolventes de abajo a arriba. Hay quién mezcla con varillas manuales, pero a mí personalmente me gusta más hacerlo con lengua de gato. Integrados ya todos los ingredientes nos quedará una mezcla suave, tipo mousse y ligeramente rosada.
Es aquí cuando ya nos quedaría solamente engrasar el molde donde vayamos a echarlo y volcar la masa en el mismo. Siempre intentando que la masa quede más o menos por igual en su interior. Y lo metemos en la nevera un mínimo de 3 horas, aunque a mi me gusta dejarlo de un día para otro, es decir unas 8 horas.
Consejo:
Para desmoldar recomiendo que se sumerja el molde en un recipiente con agua templada, para que con el calor se desprenda mejor de las paredes y sea más fácil de sacar.
Ahora sí que sí, ya sólo nos queda disfrutar de nuestra bavarois y si es en compañía y al aire libre, mejor que mejor jajaja.
Espero que os haya gustado la receta y que no tardéis en hacerla. Aprovechad que ahora es el tiempo de las fresas y las tenemos bien ricas jajaja.
Besos y hasta la próxima receta que se nos avecina ;)
Fuente: este post proviene de La que se avecina en mi cocina, donde puedes consultar el contenido original.
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