Hoy os traigo una de mis recetas estrella: bizcocho de cabello de ángel.
La receta surgió hace unos años cuando mi suegra me regaló un par de cidras, con las que hice un buen puñado de botes de cabello de ángel (aquí tenéis la receta). El problema es que era mucha cantidad de cabello de ángel y, aunque se conserva bien durante mucho tiempo no veía como darle salida.
Siempre me han gustado los bizcochos que incorporan fruta porque creo que son los más jugosos y agradables de comer sin cobertura ni relleno, además de que conservan su textura tierna más tiempo. Este bizcocho tiene todo eso y lo que lo hace aún mejor (por mi experiencia hasta la fecha) es que incluso a aquellas personas que no son muy amantes del cabello de ángel les gusta este bizcocho.
Estoy muy orgullosa de esta receta y siempre que tengo ocasión y un poco de cabello de ángel lo preparo. Espero que os guste tanto como a mí.
Bizcocho de cabello de ángel
Ingredientes
Para molde de 1 litro (20x10x10 cm aproximadamente)3 huevos
1/4 taza de azúcar
200 g cabello de ángel
Ralladura y zumo de 1 limón
pizca de sal
1/2 taza de aceite suave
1/2 taza de leche
1+1/2 taza de harina
1 cda levadura química (1 sobre, 16 g)
azúcar para espolvorear
Elaboración
Batir los ingredientes en el orden indicado: los huevos con el azúcar, luego añadir el cabello de ángel y batir hasta integrar. Añadir de forma sucesiva la ralladura y zumo de limón, el aceite y la leche.Mezclar y tamizar la harina con la levadura y la sal. Incorporar en 2-3 veces a la mezcla anterior. Remover con una espátula hasta integrar completamente.
Verter la mezcla en un molde previamente engrasado o forrado con papel de horno. Hornear a 180ºC con calor arriba-abajo hasta que al pinchar con un palillo, éste salga limpio (aproximadamente 40 minutos). Dejar enfriar 5-10 minutos en el molde. Desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Notas:
Si se usan varillas eléctricas puede que parte de las hebras del cabello de ángel se queden enganchadas. Yo reconozco que utilizo unas varillas manuales para los primeros momentos de airear bien los huevos con el azúcar y, a partir de ahí, ya sigo con un tenedor.
Fuente: este post proviene de Sumadecolores, donde puedes consultar el contenido original.
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