La naturaleza pone a nuestra disposición, productos, que por si solos, aportan un dulzor característico, sin necesidad de añadir edulcorantes de ningún tipo.
Antes de la irrupción de la industria azucarera, el uso de calabazas o zanahorias para la elaboración de pasteles y bizcochos, estaba muy extendido, sustituyendo completamente el azúcar blanquilla por el dulzor de estas hortalizas.
El bizcocho de calabaza se parece mucho al pastel o tarta de calabaza, un postre muy popular en Estados Unidos, y que cuenta con una interesante historia detrás.
Es un postre festivo, ligado al día de Acción de Gracias, que también se celebra en Canadá.
Esta tradición fue traída por los Padres Peregrinos a bordo del Mayflowe. Movidos por el hambre y la desesperación, los que se consideran los primeros inmigrantes en el territorio, arribaron en las costas de Massachusetts.
La población indígena les enseñó los secretos del cultivo, siendo muy frecuentes el maíz y la calabaza. Al finalizar el otoño, y en agradecimiento a la buena cosecha, se empezó a celebrar lo que actualmente se conoce como Día de Acción de Gracias, día en el que, entre otras cosas, se realizaba un bizcocho o un pastel de esta hortaliza.
Cómo hacer un bizcocho de calabaza
Existen infinidad de variedades de calabaza, aunque la más accesible y recomendable para elaborar esta receta, al menos en España, es la calabaza común, o en su defecto, la calabaza dulce de horno o buen gusto.
Pese a que el otoño es la estación predilecta de esta hortaliza, podemos encontrar diferentes variedades a lo largo de todo el año.
Además de ese rico y pronunciado dulzor, Los beneficios de la calabaza son innumerables, gracias a su gran contenido en vitamina A, C y E. A nivel organoléptico aportará suavidad y jugosidad a nuestra miga, sin que ello repercuta significativamente en el balance nutricional del postre.
Hacer este bizcocho de calabaza es sencillísimo. La calabaza nos permitirá reducir significativamente la cantidad de azúcar, lo que dará como resultado un dulce mucho más saludable y que será adecuado para consumirse con mayor frecuencia.
¡Manos a la masa!
Ingredientes:
1 calabaza o puré de calabaza 130 g.
Azúcar blanco 100 g.
Huevos XL 2 unidades
Harina floja 200 g
Canela en polvo 1 cucharadita
Yogur griego 1 unidad
Mantequilla 100 g.
Levadura Royal 16 g. - Comprar
Pizca de sal
Elaboración:
Antes de comenzar a preparar nuestro bizcocho, es necesario que tengamos marchado el puré de calabaza. Al acudir al supermercado o a la frutería, trataremos de elegir una calabaza con la piel sana y sin golpes. Pelaremos la calabaza, empleando para ello un pelador o un cuchillo bien afilado. Hay quien, para facilitar el proceso, la introduce en el microondas con unos agujeros realizados por toda la superficie con un tenedor, y le da un tiempo de 3 - 4 minutos. Esto consigue ablandar la piel.
A continuación, la cortaremos a la mitad y sacaremos las pepitas, dejándola perfectamente limpia. La cortaremos en trozos más o menos gruesos y los dispondremos sobre una placa de horno. Agregaremos un chorrito de AOVE, y embadurnaremos bien todas las porciones. Entretanto, iremos precalentando el horno, a uno 200 °C. Una vez caliente, introduciremos la calabaza durante 35 minutos aproximadamente.
Al mismo tiempo que la calabaza se va asando, iremos preparando el bizcocho. En un bol amplio pondremos la mantequilla en pomada. Esto significa, que antes de incorporarla, deberemos como poco haberla atemperado. Debe de quedar maleable, pero no derretida. Para esto podemos valernos de un trozo de papel film; la envolveremos y manosearemos hasta que coja temperatura. Después añadiremos el azúcar, que deberemos batir enérgicamente hasta obtener una crema homogénea, donde no haya presencia de cristales de azúcar.
Iremos sumando los huevos ligeramente batidos, uno a uno. Este proceso debe realizarse con calma, y no debemos apresurarnos. Hasta que el anterior no esté perfectamente integrado, no añadiremos el siguiente. Le toca al turno a los ingredientes secos, que irán alternándose con el yogur griego. Tanto la harina, como la levadura, la sal y la canela, se tamizarán sobre la mezcla. Con una espátula o lengua iremos efectuando movimientos envolventes hasta homogeneizar por completo la masa.
En todo este tiempo, es posible que nuestra calabaza ya esté lista. La sacaremos del horno, y en un vaso de batidora, iremos poniendo todos los trozos. Batiremos bien, hasta obtener un puré consistente, pero fino y sin grumos. Cuando la textura se la idónea, lo mezclaremos con la masa anterior, tratando de nuevo, de que todos los ingredientes queden perfectamente cohesionados.
Tan solo nos queda el horneado. En un molde circular, de unos 24 cm. aproximadamente, y previamente engrasado, volcaremos la masa. Precalentaremos el horno, con calor arriba y abajo, preferiblemente sin ventilador, a una temperatura de 180 °C. Introduciremos el pastel de calabaza y aguardaremos 30 minutos para comprobar el estado de cocción. Recordad, que para verificar que un bizcocho está cocinado, basta con introducir un palillo o similar en el centro, y verificar si este sale seco, en cuyo caso estará listo para salir del horno.
Dejaremos la puerta entreabierta 10 minutos luego de que haya terminado de cocinarse. Al sacarlo lo dejaremos reposar sobre una rejilla. Esperaremos a que se enfríe, y luego lo desmoldaremos.
Como sugerencia de presentación te propongo, por ejemplo, una buttercream o frosting por encima, aunque no es necesario, puesto que este bizcocho está riquísimo sin ningún añadido. ¡Date prisa, que vuela!
Puedes ver la receta Bizcocho de calabaza de la abuela así como otros muchos postres caseros en la web de MEJOR POSTRE.