Cuantas veces habéis tirado las claras por el desagüe? Pues a partir de ahora podéis usarlas para hacer esta maravilla de bizcocho, o bien congelarlas y tener tiempo de pensar que hacemos con ellas.
Es de aspecto y tacto compacto, cuando fui a cortarlo no las tenía todas conmigo. Es una receta que fui elaborando sobre la marcha y no sabía lo que iba a salir.
Cuando lo probé abrí los ojos como platos, es extremadamente suave a la vez que fundente. Elaboramos un merengue para mezclar con la nata (crema de leche) y el resultado es similar al primero, durito por fuera y delicado por dentro.
O he hecho con ralladura de naranja, pero podéis cambiarla por limón o incluso añadir algunas gotitas de esencia ya que quedará igualmente bueno.
INGREDIENTES
4 claras de huevo a temperatura ambiente
150ml nata (crema de leche) para montar muy fría
150gr azúcar
150gr harina
3 cucharaditas levadura
60gr mantequilla fundida y enfriada
ELABORACION
Empezamos elaborando el merengue, para ello batimos las claras a velocidad alta y cuando empiecen a formarse picos iremos añadiendo el azúcar a cucharadas poco a poco hasta que esté todo integrado y el merengue esté brillante y firme.
Semimontamos la nata (crema de leche) hasta que haga picos suaves.
Con la misma varilla que hemos montado el merengue y la nata (crema de leche) (pero cogido con la mano) mezclamos ambos ingredientes. Para ello mezclamos la nata (crema de leche) con 1/3 del merengue y poco a poco el resto. (ver notas)
Añadimos la ralladura de naranja e integramos.
Incorporamos la harina y la levadura tamizada tamizada con una espátula y poco a poco. Cuesta un poco pero tened paciencia.
Por último integramos la mantequilla.
En un molde engrasado y forrado con papel horneamos a 180º durante unos 40min aproximadamente o hasta que pinchemos en el centro con un palillo y este salga limpio.
**Notas
Para mí la mantequilla le da un toque muy especial, no la cambiaría por aceite.
No os de miedo mezclar a mano, el merengue es muy fuerte y sino os quedaréis sin fuerza en el brazo. Cuando veáis que la mezcla se va homogeneizando podéis usar una espátula con movimientos envolventes.
Para servir espolvoreamos azúcar glass.
Se puede congelar sin problemas, yo lo he repetido en varias ocasiones cortándolo en porciones individuales una vez frío y tengo reservas para desayunos. Os seguro que es delicioso.
Os aconsejo que una vez frío lo envolváis en papel film y lo dejéis reposar de un día a otro, ya sabéis que a mí los bizcochos me gustan más así ya que encuentro que aumentan mucho su sabor.