El colorante es opcional pero si no lo ponéis, aunque el sabor será el mismo, no quedará rosa porque se pierde el color en el proceso de cocinado. Hay muchos colorantes que podéis usar, yo he usado uno que tengo en polvo y es color fucsia pero quizá sea mejor opción utilizarlo líquido y rojo.
Ingredientes:
200 gr. de fresas.
1/2 limón.
160 gr. de azúcar.
2 huevos.
60 gr. de mantequilla.
250 gr. de harina.
1 sobre de levadura.
Colorante fucsia.
Empezamos lavando y troceando las fresas. Las ponemos en una cazuela con 2 cucharadas de agua y el zumo de medio limón. Añadimos después la mitad del azúcar y dejamos cocinar a fuego lento durante 5 minutos. Pasamos por la batidora las fresas y colamos después el puré. Reservamos hasta que esté tibio.
En un bol amplio ponemos los huevos y la otra mitad del azúcar y los batimos hasta obtener una buena espuma. Añadimos la mantequilla ablandada e inmediatamente después el jarabe de fresas. Removemos para integrar todos los ingredientes.
Inmediatamente después añadimos la harina y la levadura y mezclamos todo.
Engrasamos y enharinamos un molde y vertemos en él la mezcla.
Introducimos el molde en el horno, que tendremos previamente caliente a 180 º C. y dejaremos evolucionar durante unos 40 minutos.
Ya sabéis que cada horno es distinto y os recomiendo que lo vigiléis a partir de los 30 minutos. Cuando parezca cocinado podéis utilizar un palillo para aseguraros de que está perfectamente cocinado en su interior y retirarlo.
Adornar la bandeja en la que lo vayáis a servir con unas hojitas de menta y unas fresas frescas si os acordasteis de reservarlas, ¡a mi se me olvidó!
Este colorido bizcocho es perfecto para cualquier desayuno o merienda. ¡Ya nos contaréis que tal os quedó!