De un tiempo a esta parte parece que tenemos ganas de celebrarlo todo y aunque sabéis que no soy muy de esta fiesta eso no quita que no vista mi blog de rojo y traiga mi propuesta.
Me encanta experimentar en la cocina y no es la primera vez que traigo recetas que a priori pueden sonar cuanto menos extrañas pero que os puedo asegurar que son tan sorprendentes como deliciosas.
¿Judías en un bizcocho? Suena a locos, soy consciente.
Para subir la apuesta las mezclo con chocolate.
Y por si falta algo añado arándanos.
A priori más que una receta parece un despropósito, casi como aquel postre en el que Rachel de Friends pone ternera y que si sois tan fans como yo de la serie recordaréis a la perfección, pero puedo asegurar que es uno de los mejores bizcochos de chocolate que he comido nunca.
Además muy saludable porque no lleva harinas refinadas y en lugar de azúcar he usado jalea de arándanos que llevaba en casa ni me acuerdo cuánto tiempo.
Si no tenéis podéis usar miel, sirope de arce, de ágave, vuestro endulzante de cabecera o incluso azúcar corriente ¡lo que tengáis a mano!
Este bizcocho viene inspirado en esta receta de Marisa, del blog Thermofan.
Soy de naturaleza inquieta y a veces sigo las recetas de mis amigas blogueras al pie de la letra y en otras ocasiones me quedo con la idea y acabo haciendo algo diferente, adaptado a los gustos de mi casa.
Y la idea de hacer un bizcocho con judías me sedujo.
No es la primera vez que utilizo legumbres en mis postres. Este brownie de lentejas aparte de una delicia es una receta muy visitada en mi blog desde que la publiqué.
Y este bundt de berenjena fue todo un descubrimiento y de lo mejorcito que he comido nunca.
A estas alturas hablar de tarta de zanahoria o de calabaza o de bizcochos de calabacín es tan corriente como hablar de tartas de chocolate o bizcochos de naranja y no extraña a nadie.
Es lo bueno de internet que es una fuente inagotable de ideas y de información.
Supongo que con el paso del tiempo el uso de legumbres en postres también deja de ser algo novedoso, o cuanto menos curioso o extraño y forma parte de nuestras recetas básicas del día a día.
A mí al menos me convence.
Aportan mucha jugosidad y una textura increíble.
Por si alguien se lo pregunta no se notan para nada. Nadie jamás adivinaría el ingrediente principal de estos postres que además aportan muchos nutrientes beneficiosos a nuestro organismo y son una forma estupenda de introducir un plus de legumbres en la dieta de los que arrugan el morro delante de un plato de lentejas.
Afortunadamente a estas alturas tenemos muchas maneras de consumir las legumbres fuera de los cocidos y los potajes que tantos quebraderos de cabeza dieron en todas las infancias (yo la primera que ponía mala cara delante de un plato de potaje de garbanzos y habichuelas, el plato estrella de mi madre durante mi niñez y que a estas alturas sigue sin gustarme) pero si podemos meterlas en algo tan apetecible para la mayoría como un bizcocho de chocolate mejor que mejor ¿no creéis?
Marisa utiliza judías negras en su receta, pero como yo tenía un bote de judías rojas me hizo el apaño a la perfección. Y si lo que tenéis son alubias blancas a buen seguro el resultado va a seguir siendo bueno.
La cobertura podéis hacerla con lo que tengáis en casa. Yo he puesto jalea de arándanos, que hace tiempo compré varios botes en LIDL y estaban un poco aburridos en el armario.
También podéis usar mermelada de arándanos o de cualquier otra fruta que tengáis ¡el chocolate va bien con todo!
Es cierto que a mí la combinación chocolate y arándanos me ganó cuando hice este brownie que está para ponerle un piso y para acabar con él de una sentada, pero cada cual tiene su tándem ganador y es tan fácil como adaptar esta receta a nuestros gustos y a lo que tenemos en casa.
Sin olvidar que es una receta de esas que lo pones todo en un bol o en la jarra de la batidora, trituras y en un par de minutos lo tienes en el horno ¡sin casi ensuciar y sin esfuerzo!
No pueden gustarme más este tipo de recetas.
Espero que el corte os haya conquistado tanto como nos conquistó a nosotros en casa y que os animéis con esta receta que sé que suena rara, pero que os aseguro que está increíble.
¿Alguien se apunta?
Ingredientes:
* 1 bote de judías rojas cocidas (400 gramos)
* 4 huevos
* 125 ml de sirope de arándanos
* 60 gramos de cacao en polvo
* 16 gramos de levadura química (impulsor)
* 30 gramos de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
* 70 gramos de harina integral
* Jalea de arándanos rojos
Elaboración:
1. En un bol amplio o en la jarra de la batidora ponemos todos los ingredientes (ponemos el contenido íntegro del bote de judías, incluído el líquido) menos la jalea de arándanos rojos y trituramos hasta obtener una mezcla cremosa y sin grumos.
2. Pintamos un molde con mantequilla y vertemos la masa.
3. Introducimos en el horno precalentado a 180º C y horneamos durante unos 45 minutos o hasta que al pinchar en el centro con un palillo este salga limpio.
4. Apagamos el horno, sacamos y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
5. Una vez frío cubrimos con jalea de arándanos rojos.
Una receta muy top ¡os lo aseguro!
Soy consciente de que llevo casi dos semanas perdidas de la blogosfera.
La última semana de enero me contagié de Covid. 22 meses en la resistencia al traste.
Lo he hecho todo bien. No hemos salido, no nos hemos juntado con nadie, hemos salido siempre con mascarilla, no me la retiro en el trabajo ni para beber agua y aún así no ha sido suficiente.
Me he contagiado trabajando. No en mi oficina, sino en las oficinas de un cliente.
Reunida en una oficina más bien pequeña, con sólo una puerta (abierta sí, pero sin corriente) y con dos personas que estaban contagiadas, asintomáticas y trabajando.
Mi fpp2 no fue suficiente y acabé contagiada.
Sobra decir que yo no sabía que ellos estaban contagiados. En ese caso no habría ido por nada del mundo.
Dos días después, sin saber que estaba contagiada me puse la tercera dosis.
Mis dos dosis previas habían sido Pfizer. Por protocolo me tocaba Modena. Y Moderna me pusieron.
Todo un coctel que podía haber dado muy mal resultado. Y afortunadamente no lo dieron porque he sido total y absolutamente asintomática.
Pero los rumores corren, empieza a llegarte información y el sábado 29, día del cumpleaños de Elena, yo tenía muy mal presentimiento y por la mañana, a sabiendas de que íbamos a celebrarlo con mis padres por la tarde, me hice un test.
Por quedarme tranquila.
No imagináis mi cara cuando salió positivo.
Rápidamente se hizo la prueba mi marido y después se la hicimos a las niñas (os ahorro los detalles de hacer un test de estos a un peque) y todos eran negativos, así que el origen del contagio era yo. Días más tarde ya eran todos positivos.
Nuestra fortuna ha sido que salvo mi marido que ha tenido tos y un poco de dolor de pecho y las niñas que han tenido unos ligeros mocos transparentes y Lara dolor de cabeza y escalofríos dos días no nos hemos enterado del contagio.
No sé si es peor pasarlo mal o estar encerrada en casa cuando te sientes perfectamente. Yo os aseguro que estaba enfadada con el mundo, por haber gente tan inconsciente, y conmigo misma que aunque lo había hecho todo bien no había sido suficiente para mantenernos limpios del virus.
Ahora seguimos teniendo mucho cuidado para no volver a contagiarnos y encima de todo agradecida por no haber contagiado a mis padres ¡que ya es bastante!
El pasado domingo repetimos los test y éramos todos negativos. Se ve que era un virus muy flojo o que nosotros somos más fuertes que él, sin obviar la ayuda de las vacunas, que por supuesto han conseguido que no enfermemos ni lo pasemos mal.
Espero que vosotros sigáis en la resistencia, y si caéis, que sea tan leve como ha sido para nosotros.
Gracias por vuestras visitas y por seguir visitando mi blog. Iré pasando por los vuestros en cuanto tenga un hueco. Nos leemos la semana próxima.
Manos a la masa y ¡bon appétit!