Ya sabeis que me encantan los postres con frutas, además que para este dulce me parece perfecta cualquier estación del año, así que aquí os voy a dejar hoy otra versión que para mi gusto está deliciosa. Es un postre perfecto para los que les gusten los dulces no muy dulces, porque tiene el punto amargo que le da la naranja, lo que lo hace refrescante a pesar de ser bizcocho. Me explico?
Primero lavamos bien y secamos una naranja. La cortamos en rodajas no muy gruesas y le quitamos las pepitas. Luego las caramelizamos como os expliqué aquí, en la tarta milhojas de naranja.
Mientras, precalentamos el horno y batimos en nuestro robot, tres huevos, un yogurt de limón, 1 medida del vaso del yogurt de aceite de girasol, 2 medidas de azúcar moreno, 3 medidas de harina bizcochona, la ralladura de la piel de una naranja y el zumo de media.
En un molde disponemos las rodajas de las naranjas caramelizadas en círculo, sin montarlas una encima de otra, encima vertemos la masa de nuestro bizcocho y si nos han quedado más rodajas de naranja, se las ponemos por encima e introducimos dentro empujando un poco.
Horneamos 40 minutos a 180º.
Pasado ese tiempo, pinchamos en el centro del bizcocho con un palito y si sale limpio, sacamos, desmoldamos, le damos la vuelta de forma que quede la naranja arriba, ponemos debajo de la rejilla un plato y vertemos por encima el almíbar que nos quedó en el cazo. Dejamos enfriar completamente.