Salirnos de los clásicos, como el bizcocho de yogur, es una buena forma de romper la rutina, y que mejor que hacerlo con este bizcocho de plátano y nueces que es puro rock and roll.
El plátano o banana es una de las frutas preferidas por niños y mayores, debido a su alto contenido en azúcares, cosa normal dado que es un alimento rico en hidratos de carbono.
Con la incesante campaña contra el azúcar, que ha permeado incluso al ámbito de las frutas, muchas personas han abandonado hábitos tan saludables como comerse un plátano.
Lo cierto es, que estos azúcares llamados intrínsecos, puestos que van ligados a la fibra, no tienen un impacto notable en los picos de insulina, siendo un alimento de especial interés gracias a su alto contenido en potasio, que se estima en unos 350 mg. por cada 100 g. de alimento.
Las nueces, por su parte, son uno de los frutos secos más interesantes desde un punto de vista nutricional (y gustativo).
Representan una extraordinaria fuente de vitamina E, potasio, y ácidos grasos poliinsaturados, tan valiosos para el corazón, llegando a aportar cantidades importantes de omega-3.
También, al igual que el plátano, con el se lleva fenomenal, son el ingrediente fundamental para elaborar esta receta de bizcocho de plátano y nueces saludable que hoy os traigo.
El pastel de plátano al vapor, que podría ser el precursor lógico de este bizcocho, es un postre muy frecuente en el sudeste asiático. La predilección de ciertas culturas por esta fruta es innegable, llegando a ser prácticamente enseña nacional de muchos países.
Sin olvidar, por supuesto, que en Canarias se cultiva una de las variedades más apreciadas del mundo; el plátano de Canarias I.G.P., siendo la única fruta con esta distinción en todo el territorio nacional.
Cómo hacer un esponjoso bizcocho de plátano y nueces
¡Sorprende con este riquísimo y sencillo postre, que promete endulzar y alegrar de forma saludable tus meriendas!
Ingredientes:
Yogur natural griego 1 unidad
AOVE 100 ml.
Azúcar o panela 100 g.
Harina floja 250 g.
Levadura en polvo Royal 16 g. - Comprar
Pizca de sal
Huevos M 3 unidades
Nueces 250 g.
Plátano 1 unidad.
Elaboración:
Dado que esta receta se prepara un periquete, no está de más que vayamos precalentando el horno. Fijaremos calor arriba y abajo a unos 180 °C.
Cogeremos un bol grande y tamizaremos todos los ingredientes secos, menos el azúcar, que lo agregaremos más tarde. En el cedazo o tamiz iremos agregando la harina, la sal y la levadura, buscando un polvo fino que evite la formación de grumos.
En un bol aparte, añadiremos los 3 huevos. Hay quien opta por separar las yemas de las claras, y montar estas últimas a punto de nieve, con el objetivo de conseguir una masa más aireada. En este caso, debido a la acción del plátano, es complicado que consigamos dicho resultado.
Batiremos, eso sí, enérgicamente los huevos, buscando esa espumilla que servirá para dar cierta ligereza al bizcocho. Si no disponemos de unas varillas eléctricas, podemos perfectamente emplear unas manuales, e incluso recurrir al típico tenedor.
Cuando atisbemos esas burbujas en su superficie, iremos añadiendo el azúcar, poco a poco, en pequeñas tandas, y una vez esté toda añadida, verteremos el aceite de oliva virgen extra. Para evitar los pequeños cristales de azúcar, que llegan a estropear el bocado, usaremos una batidora de mano, y daremos algo de aire a la mezcla a la vez que disolvemos perfectamente el azúcar.
Seguidamente, incorporaremos el yogur griego natural, que conferirá una gran suavidad al bizcocho. En caso de no disponer de un yogur natural, puesto que esta receta se concibe casi como de aprovechamiento, podemos sustituirlo por 100 ml, de leche o nata (crema de leche).
Ahora llega el momento de hermanar los secos y los húmedos. Para ello, y con sumo cuidado, iremos vertiendo los húmedos en el bol de los secos, realizando al mismo tiempo movimientos envolventes con ayuda de una lengua, buscando la homogeneización de la masa.
Para finalizar, picaremos finamente las nueces . Asimismo, cortaremos el plátano en rodajas finas . Personalmente, prefiero agregarlo de este modo, ya que así el plátano conservará en buena medida su estructura, haciendo nuestros postres visualmente más atractivos. Añadiremos las nueces y el plátano a la mezcla, tratando de que queden bien repartidos. ¡Todo el mundo quiere nueces y plátano en su trozo!
Forraremos un molde de 30 cm. con papel sulfurizado. Con un poco de mantequilla, o mantequilla o aceite en spray, pulverizaremos el molde previamente, para que el papel sulfurizado asiente como es debido. Verteremos la mezcla y rebañaremos hasta la última gota empleando una lengua. Asentaremos la mezcla con unos pequeños golpecitos.
Es probable que durante el tiempo que hemos tardado en prepararlo todo, nuestro horno ya esté caliente. Lo introducimos a una altura media, sobre una rejilla, y cronometraremos aproximadamente 25 minutos. No está de más que durante este tiempo hagamos frecuentes visitas a la cocina, para ver como se va desarrollando. Eso sí, nunca y bajo ningún concepto abráis la puerta hasta que al menos hayan pasado 20 minutos. Pincharemos en la parte más alta con un palillo, y cuando este salga seco, será hora de pagar el horno.
Dejaremos la puerta entreabierta, para que el choque térmico no lo baje demasiado. Hay quien espera a que se enfríe, pero si tenemos la ocasión, es mejor desmoldarlo rápidamente y colocarlo sobre una rejilla alzada, que permita una ventilación inferior. Cuando tome la temperatura ambiente, lo filmaremos al ras, para evitar que se endurezca y enrancie al contacto con el aire.
Como sugerencia de presentación, os propongo colocar alguna mitad de nuez sobre el mismo. Ahora bien, si somos muy golosos, podemos, además de colocar estas nueces, espolvorear un poco de delicioso azúcar glas en su superficie. El azúcar avainillado también le va muy bien a este postre. Idealmente, además, si estamos a dieta, podemos sustituir la harina de trigo por harina integral de avena.
¡A zampar!
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