Como te contaba antes, la pizza casera es una cena que nos pirra a todos. La suelo preparar en el modo clásico: salsa de tomate, jamón cocido, mozzarella y orégano. Pero hoy vamos a variar un poquito. Le vamos a dar una vuelta, hoy en vez de salsa, le vamos a poner mermelada de tomate, y el resto igual.
Esta pequeña diferencia, le da un toque distinto. Si te gusta el contraste dulce y salado, no dudes en probarla.
Los ingredientes que te pongo son para hacer la cantidad que ves en la imagen, no dudes en doblar las cantidades porque es un auténtico vicio. Si tienes un poco de paciencia, como ocurre en las recetas de masas, y dejas que fermente bien, queda sublime. Esponjosa y súper rica.
INGREDIENTES
Para la masa:
– 250 gramos de harina de fuerza
– 160 gramos de agua
– 5 gramos de aceite de oliva virgen extra
– 5 gramos de sal
– medio sobre de levadura rápida de panadero
Para el relleno:
– mermelada de tomate
– jamón de york o pavo en lonchas
– bolitas de mozzarela
– orégano seco
ELABORACIÓN
En primer lugar haremos la masa. Disuelve la levadura en el agua con la sal.
Prepara un bol amplio con la harina, y ve añadiendo el agua con la levadura y la sal disueltas. Poco a poco, sin dejar de revolver. Al principio te podrás ayudar de una cuchara de madera. Llegará un momento que tendrás que hacerlo a mano.
Cuando esté bien mezclada, quedará pegajosa. Es así. Deja que repose en un bol enharinado, hasta que fermente, y más o menos doble su volumen. Para que te hagas una idea, en mi casa tarda una hora más o menos. Dependerá del calor que tengas en la cocina. Cuanto más frío, más tarda en fermentar.
Una vez haya doblado, enharínate las manos y amasa un poco. Verás que va perdiendo un poco de gas.
Ahora formaremos las bolitas. La masa sigue siendo pegajosa. Pon bien de harina en la encimera. Coge porciones de masa, y ruédala por la harina. Queremos que se impregne bien la superficie, no que se integre a la masa. No amases más.
Chafa la bolita, y con un rodillo, estira hasta que quede bien fina. Tendrás que ir untando con harina la superficie de la masa y el rodillo para que no se pegue.
Extiende la mermelada de tomate sobre la superficie de tu masa fina, dejando libres los bordes.
Espolvorea el orégano, pon el jamon, y encima la bolita de queso.
Cierra a modo de bolita, intentando que los bordes queden bien sellados.
Ve colocando tus bolitas en el molde que quieras, enharinado.
Deja que reposen unos minutos desde que tengas todas colocadas, tapadas con film para que no se seque la masa.
Enciende el horno a 210 grados centígrados, con calor arriba y abajo.
Hornea unos minutos a la misma temperatura, vigila que no se queme la superficie. Yo suelo colocar el molde en el tercio inferior del horno. Durante la cocción, suelta jugo, por lo que es recomendable hornear sobre una bandeja.
Como ves, quedan a tope de rellenas y súper jugosas.
Venga que ya no lo vas a poder remediar, lo tienes que probar sí o sí. Piensa en el homenaje que te vas a dar, ¡asegurado! Y si el contraste dulce y salado te requetechifla, le puedes dar una vuelta más incluyendo en cada bolita media anchoa. Verás que riquísimo está. Nosotros no lo hacemos en todas porque a las niñas no les va el sabor tan fuerte de la anchoa.
Bueno, pues te emplazo al domingo, que te intentaré tentar con un desayuno muy especial :)
¡Buen provecho!
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