Llevo tiempo queriendo preparar pan en casa. Para ello me he preocupado de adquirir varios libros con la intención de leer y aprender un poco de su funcionamiento y sus peculiaridades antes de empezar a probar. Entre esos libros está Pan casero, de Ibán Yarza, un fantástico recorrido por todo el proceso de hacer pan que os recomiendo, si os pasa como a mí y el pan es una de vuestras asignaturas pendientes en temas culinarios.
El caso es que además de estupendos panes, en este libro podemos encontrar alguna que otra receta dulce, como es el caso de estos bollitos suecos de cardamomo. Se trata de un pastel increíblemente tierno y jugoso con una fina capa exterior crujiente, una delicia.
Me han parecido perfectos, no sólo porque soy fan absoluta del cardamomo, si esas semillas que se ponen en los gintonic que en realidad son mucho más versátiles, sobre todo en repostería. Podemos también sustituir el cardamomo por canela con la misma preparación, os quedarán igual de increíbles.
RACIONES: 20 ud.
DIFICULTAD: baja
TIEMPO: 3 horas
BOLLITOS SUECOS DE CARDAMOMO:
410 gr. HARINA
210 gr. LECHE
75 gr. AZÚCAR
75 gr. MANTEQUILLA
11 gr. LEVADURA FRESCA
4 gr. SAL
1 cdita. CARDAMOMO MOLIDO
70 gr. MANTEQUILLA (para el relleno)
70 gr. AZÚCAR MORENO (para el relleno)
1/2 cdita. CARDAMOMO (para el relleno)
1/2 cdita. CANELA (para el relleno)
1 HUEVO (para pintar)
1.- En un cazo vertemos la leche y la mantequilla. Ponemos el cazo al fuego hasta que la mantequilla se haya derretido. Retiramos y dejamos que se temple antes de seguir.
2.- Una vez que la leche está templada, desmenuzamos la levadura en ella y revolvemos ligeramente hasta que se haya disuelto.
3.- Vertemos la leche en un bol y añadimos 2/3 de la harina. Removemos con un tenedor durante 5 minutos.
4.- Retiramos las semillas del interior de las vainas de cardamomo y las molemos. Yo he utilizado el molinillo de café para molerlas, pero también podríamos utilizar un mortero.
5.- Incorporamos el resto de ingredientes, la harina, el azúcar la sal y el cardamomo molido. Mezclamos bien en el mismo bol y pasamos la masa a una mesa de trabajo.
6.- Trabajamos la masa durante 10 minutos. Inicialmente tenderá a pegarse a la mesa paro a medida que la vayamos trabajando será más fácil de manipular.
La cantidad de harina necesaria puede variar en función del tipo de harina. De hecho Ibán Yarza en su libro habla de 390 gr. de harina en total pero yo he tenido que emplear 20 gr. más para poder trabajarla.
7.- Dejamos la masa en un bol enharinado y esperamos 1 hora a que fermente. No es necesario que doble su volumen pero si mantenerla en un lugar cálido y seco. Yo suelo dejar las masas dentro del horno después de haberlo tenido encendido 30 segundos.
8.- Una vez fermentada la masa la colocamos sobre la superficie de trabajo ligeramente enharinada y la estiramos con un rodillo formando un cuadrado de unos 40×40 cm.
9.- Hacemos una pasta con los ingredientes del relleno, mezclamos la mantequilla en pomada con el azúcar, el cardamomo y la canela.
10.- Untamos el cuadrado de masa con la pasta, por toda la superficie.
11.- Doblamos la masa en tres pastes, montando una sobre la otra y la dejamos reposar 10 minutos para que la masa se relaje.
12.- Cortamos tiras de 1 o 1,5 cm. de ancho, por el lado más corto. Deberían salirnos unas 15 o 20 tiras.
13.- Con cada una de las tiras le damos forma a los bollitos. Retorcemos la tira como si fuera una espiral y le damos una vuelta sobre sí misma, como si quisiéramos hacer un nudo. Vamos colocando los bollitos sobre una fuente de horno.
14.- Dejamos fermentar los bollos durante 1 hora hasta que adquieran un poco de volumen, no crecerán demasiado.
15.- Pintamos con huevo batido y espolvoreamos de azúcar cada bollo y, con el horno previamente calentado a 250ºC, horneamos durante 6 o 7 minutos.
La temperatura de horno es muy alta para conseguir que quede una capa exterior crujiente y un interior jugoso y tierno. Es importante no hornear demasiado tiempo ya que los bollitos quedarían secos por el interior.
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