El boniato asado es uno de mis alimentos "ancla". Su intenso color naranja y el olor que desprenden al asarse me recuerda a cuando encendíamos la chimenea de la casa de campo y pasábamos la tarde asando castañas y boniatos. Hoy en día no me resisto a olvidar aquella tradición, así que aunque ya no dispongo de aquella chimenea, todos los años por esta época compro boniatos y disfruto de su dulce sabor y de los maravillosos recuerdos que me traen.
Batata, camote, moniato, papa dulce, son algunos de los nombres con los que podrás encontrarlos e innumerables también son las formas de prepararlo: al igual que la compota de manzana su sabor dulce combina muy bien con las carnes; también se pueden hacer cocidos, en crema, en postres, etc.
Hay que ver qué agradecida es esta estación y la de alimentos ricos que nos da. El otoño es el momento de cuidarnos por dentro y por fuera para llegar sanos y resistir bien el invierno, y el boniato es un alimento ideal. Su color anaranjado revela el alto contenido de un pigmento llamado betacaroteno que una vez ingerido nuestro hígado se encarga de transformar en vitamina A, convirtiendo así este tubérculo, junto con otras vitaminas y minerales que posee, en un poderoso antioxidante. Esta vitamina estimula el sistema inmunológico creando barreras contra las enfermedades infecciosas. Es buena para la vista, la piel, el cabello, las mucosas, los huesos, los dientes, etc.
Éstas son algunas de las muchas virtudes que tiene consumir boniatos y aunque su preparación veréis que no tiene misterios os voy a contar cómo los aso en casa.
INGREDIENTES (1 por persona):
- Boniatos.
(que tengan más o menos el mismo tamaño para que se asen a la vez).
1. Sin pelarlos, lava bien los boniatos.
2. A continuación envuélvelos en papel de aluminio.
3. En una sartén alta (yo he usado una tipo wok) pon los boniatos envueltos a fuego medio. Tapa la sartén.
4. Yo los aso aproximadamente una hora y de vez en cuando les voy dando la vuelta. Si es necesario baja un poco el fuego. Al final, al darles la vuelta, empezarás a notar que ya están blanditos, no obstante, puedes clavar un cuchillo para confirmarlo.
5. Por último, sácalos, déjalos enfriar un poco (no es necesario quitarles el papel de aluminio) y cuando todavía estén bien calentitos, abre el paquetito, córtalo por la mitad y con una cucharita disfruta de este dulce tan rico.
Como en esta ocasión he traído una receta que más sencilla no puede ser, no podía publicar sin dejaros un pequeño detalle para, como siempre intento, sacaros una sonrisa.
El otoño marca el fin de año y es el momento de recogerse y de descansar. Es una época de cambio y nada mejor que pasarla en familia para no caer en añoranzas y echar de menos la época estival de tan intensas experiencias.
Preparad en casa castañas asadas, boniatos.. disfruta del olor mientras se preparan.. haz cucuruchos de papel de periódico para poner las castañas ya asadas y pasa una tarde en compañía de los tuyos, ya sea leyendo cuentos con los niños, viendo una película, escuchando música..
Yo te invito a leer este breve cuento.. Pero éso sí, antes pincha el vídeo para leerlo acompañado de esta canción de OMNIA, un grupo folk de música neocelta.
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Cuenta la leyenda que hubo una época en la que el Cielo y la Tierra estaban habitados únicamente por Dioses. Entonces se vivía en una eterna primavera donde los campos siempre estaban verdes y cubiertos de flores gracias a la Diosa encargada del cuidado de la Tierra, la Gran Madre. Un día, coincidiendo con el actual Equinoccio, esta generosa Diosa tuvo una preciosa niña, pero al tercer día, mientras la niñita dormía en su cuna hecha con cañas de río, sabanitas del lino más suave y con preciosos bordados de seda, desapareció. La Gran Madre desesperada la buscó y la buscó por todos los rincones de la Tierra, pero no la encontró. Compadecido por su desesperación, el Dios Sol que todo lo ve, le cuenta que su hija ha sido raptada por el Dios de la Muerte y llevada al inframundo para criarla y después casarse con ella y convertirla en su reina. Llena de ira y de tristeza la Diosa Madre detiene las cosechas, seca los sembrados, transformándose todo lo que hasta ahora era verde en colores ocres. Nada le importa ya y la oscuridad cubre la Tierra. El Dios Sol, desesperado por esta situación logra que la Gran Madre y el Dios de la Muerte lleguen a un acuerdo en el que la niña pasará la mitad del año con ella y la otra mitad en el inframundo. Y así nacieron las estaciones.. Cuando la niña está con su madre la tierra se cubre de alegría y todo resplandece, pero cuando regresa junto a su marido, la Gran Madre entristece, todo empieza a palidecer y llenarse de oscuridad...... (Versión de Los Misterios Eleusinos)
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