El mar, una vez que lanza su hechizo, lo mantiene a uno en su red de maravillas para siempre (Jacques Yves Costeau)
Bajo las escaleras desde la primera planta de la casa ¿a dónde llevan éstos escalones, al garaje, al sótano? me preguntan cuándo me visitan por primera vez. Abro la puerta y en el pasillo, los primeros detalles dan una pista, una lámpara marinera, dorada da una cálida luz, parece sacada de un buque de principios del siglo XX; una gran fotografía enmarcada nos hace sentir el mar en toda su grandeza, mientras unos preciosos delfines surcan las olas. Dos grandes cuadros cuelgan cerca, en él se dibujan peces, y en cada uno se especifican todos los detalles en cuanto a especies, nombres, medidas y mares que lo habitan.
En ése pequeño pasillo, una puerta con un colgante azul nos da paso a la sala de estar, donde el azul es su color, como en la mar, como el azul del cielo, donde llega la brisa marina y el cálido sol ilumina cada rincón, cada hueco y es allí donde con conchas marinas, barcos, fotos, anclas, detalles marineros que voy coleccionando me hacen sentir marenga.
Un lugar donde me doy cuenta que la mar también es para mi un estado de ánimo, una metáfora que en ése rincón toma cuerpo; una parte de mi casa donde me siento rodeada del rumor de las olas, de aroma a salitre, de pequeñas cosas que me hacen añorar y recordar a mis mayores, un espacio lleno de conchas que he ido recogiendo de los fondos marinos, del rebalaje, de las playas por las que he ido paseando, de los mares en los que he buceado a lo largo de mi vida.
Es allí buceo también en mis recuerdos y percibo que sigo embarcada en ésta maravillosa aventura, junto con mi marido, que en definitiva es vivir....y vivir cerca del mar.
Así que no les extrañe que en definitiva "Mi Cocina" sea ante todo una "Cocina Marenga", con más de 475 recetas con pescados y mariscos. No es prepotencia cuando digo que suelo conocer los productos de la mar, no sólo por mis raices, por mi pasión por el mar, por el buceo e incluso por la pesca, también por mis libros que consulto cada vez que es necesario, también mis cuadros me enseñan como reconocerlos.
Entre ellos, está la breca (Pagellus Erythrinus) cuyo nombre tiene raíces etimológicas griegas que viene a significar "nuca muy rojiza". Aunque el nombre de breca, he leido que su origen está en un mozarabismo procedente del latín, concretamente de la palabra perca.
En la costa malagueña también le conocemos como "dentón rojo", incluso en la costa andaluza como Cádiz y Huelva se le denomina "picúa" (picuda).
¿Como no reconocerlo? Si lo primero que se le aprecia es su color rojizo y con su hocico afilado y "picudo" aunque de labios gruesos donde se aprecian sus dientes por los que se le apoda "dentón".
Un pez que se caracteriza por una carne muy blanca, tierna, de sabor suave y exquisito ya que se alimenta de moluscos, crustáceos y pequeños peces, lo que le aporta un sabor muy especial.
Por cierto es fácil comprobar su frescura, nada más hay que observar que sus ojos estén brillantes y no estén hundidos, que las agallas sean rojas y que mantienen olor a mar. (Notaremos también su frescura una vez cocinado, nada más comprobar que su carne tiene una consistencia firme).
Hoy les animo a prepararlo al horno, a pesar de las calores que tenemos en éstos meses en Málaga. Es ideal poder programarlo, dejarlo hacer sin necesidad de estar pegados a él, lo que lógicamente hace que se gane tiempo bien para realizar otros menesteres que no sea estar pegada a los fogones.
¿CÓMO LO HICE?
INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS:
Una breca (de unos 600 grms. aproximadamente), 3 patatas medianas, media cebolla morada, dos hojas de laurel, diez granos de pimienta negra, medio vaso de vino blanco (suelo usar un fino amontillado), medio limón, sal y medio vaso de aceite de oliva virgen extra.
Pedir al pescadero que retire las vísceras y las agallas de la breca, al igual que le quite las escamas al pescado.
LOS PASOS A SEGUIR:
Precalentar el horno a 180º C.
Pelar y cortar la cebolla en juliana.
Pelar las patatas y cortarlas en rodajas no muy gruesas.
Cortar dos o tres trozos de limón en láminas.
Limpiar bien la breca con un papel de cocina, procurando quitar las posibles escamas que hayan quedado e incluso pasar otro papel absorbente por el interior del pescado a fin de quitar los posibles restos (si los hubiese) de sangre o vísceras. Hacerle dos cortes no muy profundos en uno de los lomos de la breca y colocar en cada uno de ellos una rodajita de limón.
Poner en el interior del pescado dos o tres rodajas de limón.
En una fuente especial para hornear colocar las patatas por toda la superficie, la cebolla, el laurel, la pimienta negra y salar al gusto.
Colocar la breca sobre la cama de patata y cebolla, regar con generosidad el aceite de oliva virgen extra y el vino blanco.
Introducir la bandeja en el horno (calor arriba y abajo, la bandeja a la mediación) y dejar hacer aproximadamente una media hora, regando la breca de vez en cuando con la salsa.
Retirar del horno, quitar las rodajas de limón.
Se comprobará que la carne está hecha y jugosa.
Servir acompañando la deliciosa carne de la breca con las patatas horneadas junto con el jugo resultante.
¡¡ Buen provecho !!