Los que me conocen saben que adoro los brioche y si es de mascarpone como este más, aunque he de decir que las masas levadas en general me vuelven loca.
Los que me conocen aun mejor saben de mi TOC y que no me gusta esa sensación de masa hiperpegajosa entre mis dedos que no hay manera humana de quitarse….es que lo pienso y me pongo mala.
El otro día estaba yo comentando esto en una de mis últimas publicaciones de IG y había más gente como yo, a Dios gracias, que prefería amasar su brioche o masa levada primero con la amasadora y luego terminar a mano.
Y esta es muy buena ida, me encantan las masas, pero así satinadas, lisas y brillantes…antes de eso…ufff, no puedo.
Cada uno con su TOC…jejejeje.
He de deciros que este brioche me tiene enamorada perdida, porque es muy fácil de hacer, el queso mascarpone le da una textura y sabor a la masa que es para morirse de gusto y queda muy tierno y esponjoso, ¿que más le podemos pedir?
Yo me lo tomo con queso filadelfia y mermelada, en casa las niñas los rellenaron de nocilla y mi marido así tal cual, sopados en el café.
No dejes de hacerlo, si quieres ver más masas levadas no dejes de pasarte por estos Cinnamon roll con Glaseado de Queso y por este Roscón de Chocolate Blanco , doy muchos tip para las masas que te pueden ir muy bien.
La receta es de Directo al Paladar.
INGREDIENTES:
520g de harina de fuerza
1Huevo M
120g de Leche templada
250g Queso mascarpone
80g Azúcar molido
20g Levadura fresca de panadería
5g de sal
1Huevo batido para pincelar la masa
ELABORACIÓN:
Empezamos batiendo a mano o bien con el accesorio pala de nuestra amasadora tipo KA el queso mascarpone con el azúcar, el huevo y la leche.
Una vez lo tengamos todo bien integrado añadimos a esta mezcla la harina, la sal y el cubo de levadura desmenuzado.
Cambiamos al gancho amasador y amasamos hasta obtener una masa suave y elástica, que no se pegue a las manos.
Dejamos reposar en un sitio cálido, en un recipiente de cristal tapado con un paño húmedo hasta que doble su volumen, en verano puede llevarte más tiempo y en invierno menos, con las masas levadas no existe la exactitud. Pero para no dejarte así digamos que entre media hora y una hora por regla general.
Desgasificamos la masa aplastando la masa con los nudillos (que gustito, esto si…) y la dividimos en porciones de aproximadamente cien gramos, boleamos y engrasamos el molde con mantequilla.
Colocamos en él las porciones bien boleadas y con la superficie tensionada hacia arriba.
Volvemos a tapar y dejamos doblar su volumen por segunda vez. Pincelamos con huevo batido y cocemos en horno precalentado a 190º calor arriba y abajo unos 30 minutos, hasta que esté dorado.
Para los que tengan un TOC como yo, si tienes termómetro de sonda la temperatura interior tiene que estar a unos 88/95 grados.
Sácalos y a disfrutar como locos.
Espero que os haya gustado esta receta y que sea la merienda o desayuno de un día bonito.
No te olvides de compartir si te ha gustado.
Como siempre os dejo con el verdadero pedacito de cielo.
“…Y el rescate que El pagó no consistió simplemente en oro o en plata, sino que fue la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha. "
1ª Pedro 1:18-19