Desde aquel fin de año que hice mi primer brownie he repetido la receta muchas veces, al principio hacía la clásica con chocolate y nueces, pero como tengo una amiga alérgica a las nueces pero que le encanta el brownie, un día pensé en hacer la misma receta sustituyendo las nueces por algo que le gustara a todo el mundo. Y pensé... ¡¡¡OREOS!!! Que además en internet hay muchísimas recetas de brownie de oreo y las fotos son... Mmmmmm (con eso lo digo todo ¿eh?)
Así que hice mi receta habitual solo que cambiando las nueces por oreos. A pesar de que como sabréis el brownie es un bizcocho de chocolate que no lleva levadura y por eso es tan finito, hay algunas recetas que sí le echan un poco de levadura o bicarbonato para que el bizcocho suba más y quede más esponjoso, y así es cómo yo lo hacía al principio....
Aquí os dejo unas fotos que hizo mi amiga Ana (que por cierto hace unas fotos increíbles y no dejo de animarla a que estudie fotografía y de su trabajo a conocer) de un brownie con oreos que hice con la receta antigua (si queréis os pondré esa receta en otro post).
¡Qué rico! Con helado de vainilla...
Como veis es un bizcocho más gordito y además queda tierno y con un sabor intenso a chocolate.
Peeeeeeero... ahora me he aficionado a otra receta. La hice este verano y llevaba tiempo queriendo hacerla desde que vi a la gran Lorraine Pascale en Canal Cocina haciendo su receta de brownie con oreos. Seguro que todos o casi todos sabéis quien es Lorraine Pascale, a mí me encanta su forma de cocinar y junto a Jamie Oliver son mis dos ídolos de la cocina! Así que os aconsejo que si alguno no sabéis quienes son, busquéis sobre ellos en internet, os encantarán.
Bueno, no me extiendo más y vamos con la receta, ¿no? Es muuuuy fácil de hacer y el resultado es espectacular.
Allá vamos...
Ingredientes (para un molde de unos 20 cm)
200 gr de chocolate para fundir (yo siempre uso el de Nestlé)
165 gr de mantequilla sin sal (aunque también puedes usar margarina sin sal, yo uso muchas veces Tulipán porque me encanta su sabor)
3 huevos + 2 yemas
1 vaina de vainilla (sino tenéis o no encontráis podéis usar extracto de vainilla. Os recomiendo que uséis uno de calidad porque se notará mucho en el sabor)
165 gr de azúcar moreno (yo usé azúcar blanca porque era la que tenía en ese momento)
3 cucharadas de harina de repostería
1 cucharada de cacao en polvo (tipo Valor)
Una pizca de sal
Galletas oreo (un paquete)
Azúcar glass (opcional)
Preparación:
Ponemos a precalentar el horno a 180º. Fundimos la mantequilla junto con el chocolate. Podéis hacerlo derritiendo la mantequilla en un cazo y añadiéndole el chocolate troceado o rallado, o colocándolo al baño María (yo siempre prefiero hacerlo así porque evito que se me queme el chocolate si me despisto). Cuando el chocolate esté fundido e integrado completamente con la mantequilla, apartamos el cazo del fuego y dejamos templar mientras hacemos el otro paso.
Colocamos en un bol los tres huevos más las dos yemas y la vaina de vainilla (o el extracto) y batimos a velocidad media-baja hasta que los huevos estén completamente batidos (quienes tengáis un robot batidor estupendo pero sino, también podéis hacerlo con unas varillas eléctricas o simplemente con unas varillas de mano. No es nada complicado de batir)
A continuación vamos a añadir el azúcar en dos partes. Batiremos a velocidad alta hasta que la mezcla blanquee y aumente su volumen. (Más o menos 2-3 minutos, pero de todas formas veréis claramente cuando la mezcla toma ese aspecto)
Cuando esté lista la mezcla de huevos y azúcar, añadimos el chocolate fundido que habíamos dejado reservado. Batimos hasta que quede todo bien integrado y homogéneo.
Después añadimos las tres cucharadas de harina, al ser poca cantidad no pasa nada si no la tamizáis previamente, pero como tampoco cuesta trabajo, mejor si lo hacemos ¿no? En este paso vamos a cambiar las varillas por una espátula de madera o lengua de gato y mezclaremos todo con movimientos envolventes, siempre desde abajo hacia arriba. Esto evitará que la masa coja demasiado aire. Mezclar hasta que no veamos grumos en la masa.
Por último añadimos la cucharada de cacao en polvo y la pizca de sal (esto hará que el bizcocho tenga un sabor más intenso a chocolate. ¡SÓLO ES UNA PIZCA! No os paséis o tendréis un brownie salado jajaja) Y por supuesto...¡LAS OREOS! Esto es un poco al gusto, la cantidad que más os guste pero siempre recuerda dejar unas pocas para decorar por encima. Yo las galletas las meto en una bolsa y con un rodillo las trituro, dejando algunos trozos más grandes para que se noten al morder.
Para acabar cogemos nuestro molde que habremos previamente forrado con papel de horno o engrasado muy bien con un poco de mantequilla/aceite, y vertemos la mezcla en él colocando unas oreos partidas a la mitad por encima de toda la masa. Introducimos en el horno unos 25-30 minutos a 180º.
Cuando esté listo (comprobar pinchando con un palillo, aunque a mí el brownie me gusta sacarlo cuando al introducir el palillo y sacarlo queda un poco de masa pegada, porque me gusta esa textura cremosa por dentro) podéis dejarlo enfriar o tomarlo caliente que es como me parece que está más bueno. Espolvoreamos un poco de azúcar glass por encima para decorar y si queréis podéis hacer una salsa de chocolate caliente para echarle por encima...¡ME ENCANTA!
¿Qué os parece? Tiene una pinta buenísima ¿no? Pues os aseguro que está muchísimo más bueno de lo que parece y os animo a todos a que hagáis la receta y la probéis, ¡os encantará!
Aunque es una receta muy sencilla si tenéis cualquier duda sobre algún paso o ingrediente, no dudéis en preguntarme, os responderé encantada a todo!
¡AH! Y si hacéis la receta y os encanta tanto como a mí, podéis pasarme vuestras fotos y yo las publicaré en mi blog :D
Pues nada más chicos, con esto os dejo por hoy...¡Espero que os haya gustado!
¡Muchos besoooooos!