Ayer tuve una agradable sorpresa, estaba en mi guarida cocinando mi budín de pan y manzana cuando llamaron a la puerta. Era una señora de muy buen ver, aterida de frío, que buscaba la casa de los enanitos.
Como estaba cayendo un chaparrón tremendo la invité a pasar para que se secase un poco en la chimenea. Enseguida me gustó, y hablando, hablando, me contó su historia.
Era la Reina del país de al lado, lo que yo ya me había olido tras una breve pero certera tasación de su vestuario, casada de segundas con un Rey viudo, padre de una hija adolescente y malcriada. Eso ya fue definitivo para establecer una corriente entre ambos. Después de mí ¿quién se lleva la peor parte en todos los cuentos? No hay duda de que es la madrastra, hasta el nombre es feo.
Parece que la chavala además de caprichosa era bastante conflictiva: mentirosa, manipuladora... Mi invitada había hecho lo posible por congeniar con ella, pero todos sus esfuerzos habían sido en vano. Lo último es que se había ido a vivir a una comuna con siete tíos.
Los padres estaban desesperados porque para acabar de rematar la jugada, meses antes se había encaprichado de un Príncipe de un país cercano y archienemigo. Tras convencer a Papá habían concertado la boda que se celebraría en un par de días, si la Reina no lograba encontrarla y la hacía entrar en razón para que regresase, el conficto entre los dos países estaba servido. La dama rompió a llorar desconsolada.
Como mi budín ya estaba templado, aproveché para eclipsarme y dejarla a su rollo. No tuve complejo en servir una merienda tan rústica, porque os aseguro que pocos postres de manzana, ninguno que yo sepa, es mas delicioso.
La Mamá estuvo de acuerdo conmigo, elogió el plato, repitió e incluso me pidió la receta... ¡Al corazón por el estómago!. Cuando nos quisimos dar cuenta aquello ya no había quien lo parase.
Por la mañana, muy a nuestro pesar, tuvo que irse. Lo nuestro no tenía futuro, ella una Reina, yo un lobo... su marido, su cargo. Todo eran obstáculos insalvables.
Para que recordara nuestro affaire le di lo que quedaba del postre...
Casi me muero de rabia cuando la Princesa no apareció el día de su boda, y luego contó la trola de que se había tenido que pasar una temporada en cama por culpa de un pastel de manzana que le había dado su madrastra y que según ella le provocó una galopante intoxicación alimentaria.
Pero yo creo en el karma y estoy seguro de que a esa pájara le llegará su momento.
Budín de manzana
250 gr de brioche cortado en dados
1y1/4 kg. de manzanas reinetas peladas y descorazonadas (Como esa Blancanieves...)
50 gr de mantequilla
2 c.s.de maizena
1l.+150 ml. de leche
5 huevos
250 gr.azúcar
2 c.t. de canela
En el horno tostar los dados de pan moviendo para que no se nos quemen,unos 15 min. a 170º, colocando la bandeja en la zona media.
En un sartén grande, a fuego medio, fundir la mantequilla y añadir las manzanas cortadas en láminas finas con una c.t. de canela. Rehogar 10 min, tapadas. Pasado este tiempo destapar y añadir 100 gr de azúcar, removiendo para que se caramelicen, unos 5 min.
Mientras, en un cuenco desleir la maizena en 150 ml. de leche fría y añadir a la sartén, removiendo sin parar un par de min. Retirar.
En una fuente de horno poner la mitad del brioche cubriendo el fondo, extender encima la mezcla de manzana y cubrir con el resto del pan.
En un bol grande batir bien los huevos con el resto de la leche y del azúcar, menos una c.s. y verter sobre el pan, pinchando con la punta de un cuchillo varias veces. deja que se empape unos 10 min. presionar el pan contra el líquido para que se amalgame.
Llenar la bandeja del horno con agua caliente (aprox. 1/3). Poner la fuente al baño maría, espolvoreando con la canela y el azúcar restante, y hornear a 170º una hora o hasta que al pinchar con un palillo este salga limpio.
Dejar enfriar un poco sobre la rejilla y servir templado, acompañado de crema inglesa.