En alguna ocasión he mencionado lo que me gusta la cocina de proximidad. Poder comer vegetales que por la mañana estaban plantados y a mediodía están en tu mesa, es un lujo para el paladar y la nutrición.
Tengo la suerte de vivir en un pueblo rodeado de huertas y mar. El paisaje cambia por los colores que tiñen la tierra.
Es el caso de la Horchatería Vida, una alquería donde aparcar tu bici y comprar verduras de temporada y recién recolectadas. Tienen dulces caseros y un espacio donde conviven pavos reales, conejos y gallinas. Si se quedan sin lechugas, te esperas, ¡y recolectan más! Para los catetos-urbanitas como yo, es algo ¡de categoría mundial!
En esta ocasión fueron unos calabacines...
Para 6 unidades:
-3 calabacines pequeños
-200 g. de pavo braseado Campofrío
-dos puñados de espinacas frescas, limpias y picadas
-150 g. de queso manchego tierno
-aceite de oliva virgen
-sal y pimienta
-nuez moscada, perejil,...
Quitamos los extremos de los calabacines y partimos por la mitad a lo largo. Vaciamos con un sacabolas.
En una sartén con aceite salteamos el calabacín picado y cuando esté blandito, incorporamos el pavo y las espinacas, salteando el conjunto. Agregamos nuez moscada y/o perejil, finas hierbas,...lo que nos apetezca...
Con esto rellenamos los calabacines. Coronamos con el queso y metemos en el horno 30 minutos, si hay prisa 12 minutos en el microondas.
Yo estas vez lo hice en el horno aprovechando para asar unas patatas con pesto.
NUTRICIÓN: Cocina de proximidad,
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