Casi siempre preparo los calamares con la salsa en su tinta, pero hoy decidí cocinarlos con una salsa de cebolla, tomate y vino blanco y acompañarlos con su arroz blanco.
Lo más entretenido es limpiar los calamares, pero pillé a mi pescadero Sergio con poca faena y me hizo el favor de limpiármelos un poquito para así no tener tanto trabajo. Gracias Sergio!!
Como los calamares menguan mucho compré 2 Kg, pero la verdad que al ser un plato único pudimos disfrutar de un buen arroz con su salsita y sobró incluso algo para la cena.
Para 6 personas:
2 kg de calamares
2 cebolletas hermosas
1 puerro
1 zanahoria
1 tomate
1 vaso de vino
500 mL de caldo de pescado o fumet
aceite de oliva virgen extra
sal
Se prepara un sofrito de cebolla. Para ello se lavan las cebollas, la zanahoria y el puerro y se pican muy finas. La zanahoria se ralla. Se pone en el fondo de una cazuela un chorro de aceite de oliva y se pochan suaves las verduras con un poco de sal. Se pela un tomate (o se escalda un minuto en agua hirviendo para quitarle la piel) y se trocea. Se añade a la cazuela del sofrito. Se puede añadir una cucharadita de harina y remover bien para que espese un poco la salsa.
Mientras tanto se van limpiando los calamares, se les quita la pluma, las tripas y la piel. Se cortan en aros y se cortan las patas y las aletas.
Se añaden los calamares al sofrito y se rehogan un poco. Empezarán a soltar agua. Se agrega el vino y se sube el fuego para que se evapore el alcohol.
Se agrega el caldo de pescado y se baja el fuego. Se deja cocer a fuego lento por espacio de 1,5 horas o 2 horas.
Es importante que los calamares no queden duros, pero tampoco gomosos, por lo que debéis probarlos para ver el punto. Rectificad también el punto de sal. Si se va consumiendo el líquido se puede añadir más caldo o agua.
Si queréis reducir el tiempo de cocción no tenéis más que hacerlos en la olla express, por lo que así sólo los tenéis cociendo una hora.
Siempre los guisos están mejor dejándoles reposar o de un día para otro.
Se prepara un arroz blanco y se sirven muy calentitos con el arroz y con el vino blanco que hemos utilizado (yo usé Diamante, de La Rioja)