En fin a por la receta de hoy que es tan fácil que os vais a reir, pero me dijeron que en este blog tenemos recetas muy elaboradas (no han visto el índice) y yo como me pico con un ajo, me dije, pues vale, hoy toca una sencillita.
Los que tenéis dificultades para hacer crema, que lo entiendo, os explico exactamente cuál es el truqui. Como en todas las recetas que hacemos, los trucos están en la elaboración o al final. Y de cada receta se puede aprender algo. Y la crema se la cogido prestada a Conchi de la receta de Cocas de San Juan, pero le he puesto un poquito menos de azúcar porque soy menos golosa que ella.
Ala menos rollos y a cocinar.
375 ml. de leche
80 grs. de azúcar
3 yemas de huevo
1 huevo
1/2 rama de vainilla
30 grs. de Maicena
1 lámina de hojaldre rectangular
Almendras en cubitos
Azúcar glass
Las láminas de hojaldre rectangulares las podéis encontrar en Lidl, Mercadona o congeladas de La Cocinera. En este último caso será necesario que las extendáis con un rodillo, porque están como "pegadas" y son demasiado gruesas.
Primero vamos a hacer la crema. Ponemos a calentar la leche con la pulpa de la vainilla. Mientras batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. Le añadimos la Maicena y seguimos batiendo. Con unas varillas manuales es suficiente, no hace falta que sean varillas eléctricas.
Cuando hierva la leche la volcamos en la preparación anterior, poco a poco y vamos removiendo con las varillas manuales hasta que esté bien integrado. Volvemos a poner la mezcla en el mismo cazo a fuego medio y removemos continuamente hasta que empiece a espesar.
Este es el punto y el truco de la crema:
En cuanto empiece a espesar la retiramos del fuego y seguimos removiendo hasta que termine de espesar. Si la dejáis en el fuego la cocción se prolonga demasiado y os puede quedar demasiado espesa. Y sobretodo no lo hagáis en un cazo de hierro colado, aguanta demasiado el calor y tendríais el mismo problema.
Tened preparado un recipiente con agua y hielo porque enseguida que os coja el punto introduciréis el cazo dentro de este recipiente para que se enfríe rápidamente. Como he dicho otras veces esto es un baño maría invertido.
Cortamos el hojaldre en seis porciones rectangulares. Yo hice cuatro pero quedaron cañones y no cañas. Así que depende de lo que queráis.
Ponemos en el centro en forma alargada dos cucharadas soperas crema una vez fría, dejando dos dedos por los lados laterales y bastante por arriba y abajo.
Aquí viene otro truco para el hojaldre. Si lo cerraseis sin más se os podría abrir en la cocción. Así que mojamos los bordes del hojaldre que vamos a pegar, con agua. Esto hace que quede bien adherido y no se abra. Tiene que ser del grosor de un dedo más o menos todo alrededor. Lo podéis hacer con un pincel o con esos deditos tan bonitos que tenéis, pero limpitos. Lo doblamos por la mitad y presionamos los bordes. En la parte alargada hacemos unos cortes con el cuchillo con un dedo de separación entre ellos. Si os fijáis en la foto vereis a que me refiero.
Pintamos con el huevo, ponemos en la mitad las almendras a dados y horneamos con el horno precalentado a 200º durante 20 minutos o hasta que estén doradas. Dejamos enfriar y espolvoreamos con azúcar glass la mitad que más rabia os de.
¿A que es fácil? Pues mucho más buenas que las de la panadería. ¿Habéis visto la bandeja? Nos la regaló Platos y Pizarras junto con el juego de sushi. A que mola.
Y ya tenemos 35 recetas en nuestro concurso. ¿Las habéis visto todas?
El viernes tenemos la Cita Bloguera de Mucho más que dos, donde os explicaré el Origen de este blog. ¡Hasta el Viernes!
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