Estrenamos mes, primera semana y primer lunes y con él una receta que os recomiendo encarecidamente que hagáis. De verdad os digo que no os arrepentiréis. ¡¡Hacedme caso, por favor!!
Ya hacía tiempo que tenía ganas de prepararla y aunque se puede elaborar en cualquier estación del año, porque se compone básicamente de diferentes cítricos, que podemos encontrar en supermercados en cualquier momento, ha sido el mes pasado cuando me he animado por fin a prepararla.
Me han encantado no sólo el colorido sino también el delicioso sabor que tiene este hojaldre rústico de cítricos con crema de almendras.
Me acuerdo de lo riquísima que estaba y empiezo a salivar como el perro de Pavlov y es que la preparé para una cena que organicé en casa, y aunque podría parecer un poco arriesgado porque no a todo el mundo le gusta el sabor ácido-agrio que aportan los cítricos, éste, está perfectamente compensado y ya veréis por qué.
También quería haber puesto algún kumquat que son esas mini naranjitas también conocidas como "naranjas de la China" y que son muy dulces por fuera ya que se come hasta la piel y más ácidas por dentro, pero no fui capaz de encontrarlas en esta ocasión. Así que me conformé con usar naranjas, mandarinas, limas y naranjas sanguinas, que además de un sabor dulce aportan ese color rojizo tan bonito a esta tarta.
La crema de almendras es similar a un frangipane que es un tipo de crema pastelera con almendras molidas, aunque yo en esta ocasión agregué las almendras en trocitos (tipo crocanti) que además aportan una textura crujiente que le va que ni pintada a esta tarta rústica.
IngredientesPara la crema de almendras:
80 gr. de crocanti de almendras
90 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
55 gr. más 1 cucharada de azúcar glacé (tamizado)
1 cucharadita de extracto de vainilla
Ralladura de 1 naranja pequeña
½ cucharadita de sal
1 y ½ cucharaditas de extracto de almendra
1 huevo batido
3 cucharadas de harinaPara la tarta
1 lámina de hojaldre rectangular
2 naranjas sanguinas
1 lima
1 naranja grande
2 mandarinas
1 huevo batido
2 cucharadas de azúcar
1 cucharada de mantequilla sin sal
unas cucharadas de miel o mermelada de albaricoqueElaboración
Precalentamos el horno a 200ºC . Cubrimos una bandeja para hornear con papel de horno y reservamos.
Para preparar la crema de almendras, en el cuenco de una batidora de pie batimos la mantequilla, el azúcar en polvo, la vainilla, la ralladura de naranja y la sal a velocidad media hasta que quede suave, raspando los lados del tazón, según sea necesario.
Agregamos el extracto de almendra. A continuación, añadimos el huevo poco a poco, batiendo hasta que se incorpore. (la mezcla parece que se cuaja.) Añadimos la harina, batiendo a baja velocidad hasta que esté suave, luego agregamos las almendras picadas, y mezclamos con ayuda de una espátula.
Extendemos la plancha de hojaldre en la bandeja de horno. Extendemos la crema de almendras sobre el hojaldre y doblamos los extremos del hojaldre hacia dentro.
Pelamos y cortamos los diferentes cítricos en rodajas, retiramos las semillas y las partes blancas.
Organizamos las rodajas de cítricos en la parte superior de la crema de almendras a nuestro gusto, colocándolos muy cerca unos de otros pero sin superponerse.
Pincelamos los bordes del hojaldre con huevo batido, espolvoreamos toda la tarta con el azúcar y colocamos pequeños trocitos de mantequilla sobre las rodajas de fruta.
Horneamos la tarta unos 25 minutos hasta que la masa esté dorada. Ya fuera del horno pincelamos la tarta con miel o mermelada de albaricoque para darla brillo.
La podemos servir fría aunque lo mejor es tomarla templada, sola o acompañada de nata montada (crema de leche).
Es importante que antes de hornear y después de haber espolvoreado el azúcar sobre la tarta, pongamos un poquito de mantequilla sobre las rodajas de fruta ya que esto evitará que se sequen en el horno y luego tengan un aspecto arrugado y un poco "mustio". La mantequilla aporta brillo y jugosidad en el proceso de horneado.
No os podéis imaginar el olor que desprende al hornearla. Es una tarta equilibrada porque compensamos la acidez de los cítricos con el dulzor de la mermelada o de la miel que le agregamos en el último momento.
Vamos, que estaba deseando sacarla del horno e hincarla el diente, menos mal que me contuve sino pobres de los invitados a la cena, se hubieran quedado sin postre.
Espero que os animéis a prepararla. Se hace en un pis pas y el resultado es espectacular. Ya me contaréis si es que finalmente os decidís.
Yo creo que es ideal para una cena en la terraza de esas múltiples cenas veraniegas que se avecinan. Más ya no os puedo decir...