Bon appetit a tod@s,
Acabo de regresar de Holanda donde he pasado 4 días maravillosos junto a mi hija Sofía y su compañero Dani. ¡Qué bonito país es Holanda! Y, cómo no podía ser de otra manera, he disfrutado también de su gastronomía y repostería: una deliciosa tarta de manzana que prepararé en otra ocasión y estos sublimes canelas rolls que suelen ser típicos de todos los países nórdicos.
No son muy complicados de preparar aunque sí llevan su tiempo ya que hay que dejar levar la masa en dos ocasiones. Pero os aseguro que merece la pena, son ideales para una merienda o para el desayuno acompañados de un buen café o té o chocolate caliente.
Ingredientes:
-300 gramos de harina
-10 gramos de levadura de cerveza fresca
-80 gramos de azúcar
-70 ml de leche templada
-35 gramos de mantequilla
-1 huevo
-Una pizca de sal
Para el relleno:
-35 gramos de mantequilla
-2 cucharadas de azúcar
-1 cucharada de canela en polvo
Vamos primero a poner la levadura en un bol con la leche templada para que se disuelva.
En un bol grande ponemos la harina, la pizca de sal, el azúcar y lo mezclamos bien.
A continuación vertemos la leche con la levadura disuelta, la mantequilla derretida y el huevo batido. Integramos bien todos los ingredientes y amasamos sobre una superficie lisa la masa con nuestras manos durante unos minutos. Debe quedar una masa lisa y suave.
Es el momento de hacer el primer levado. Ponemos la masa de nuevo en el bol y lo tapamos con un papel film y dejamos reposar una hora en un lugar cálido sin corrientes de aire – yo he utilizado mi horno apagado.
La masa doblará prácticamente de tamaño. A continuación la extendemos sobre nuestra mesa de trabajo y con un rulo le damos forma de rectángulo. La dejaremos con un espesor de aproximado 0’5 centímetro.
Es el momento de extender el relleno: mezclamos la mantequilla derretida con el azúcar y la canela. Lo extendemos sobre toda la superficie de la masa y la enrollamos.
Podemos formar unos bollitos redondos o los que preparé en forma de triángulo,
para ello hacemos cortes con un cuchillo en zig-zag .
Los ponemos sobre la placa de horno con la punta hacia arriba y los volvemos a dejar reposar por segunda vez durante unos 30 minutos hasta que vuelvan a doblar su tamaño.
Pasado este tiempo, los pintamos con huevo batido y espolvoreamos un poco de azúcar encima.Los introducimos al horno pre-calentado a 200 grados durante unos 10 minutos.
No podéis imaginaros cómo huele ahora mismo mi cocina. No sé sí resistiré hasta la merienda para probarlos jaja.
Bon appétit Mama
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