Hace más de 3 años que comencé la andadura de tener un blog propio en el que plasmar todas las recetas de repostería que pasaran por mi mente, mis manos y por supuesto por mi boca. Unas mías, otras adaptadas y otras obras maestras sacadas de libros de cocina, de blogs, grandes y pequeños. Casi sin darme cuenta he llegado a publicar unas 232 recetas y recibido más de 350.000 visitas en el blog. He creado mi propio recetario, he aprendido mucho y lo que me falta. He pasado etapas haciendo galletas decoradas, cupcakes, cheesecakes, layer cakes, tartas de fondant, postres clásicos de toda la vida, macarons, … , he pintado, esculpido, forrado, decorado y horneado kilos de masas de harina, azúcar, huevos, mantequilla, … Sin prisa, sin agobios, sin obligación, pero con mucha ilusión. Ante todo dar las gracias a los que me seguís desde el principio, a los que por casualidad en una búsqueda a través de las redes llegáis a este humilde blog, a los que hacéis mis recetas, a los que os gustan mis fotos y los paso a paso, a los que simplemente curiosean, a los que os tomáis unos minutos para dejar comentarios, preguntar dudas, enseñarme lo bien que os ha sido una receta, a todos, de verdad, GRACIAS.
Pero sobre todo tengo que dar las gracias a mi familia y amigos por la paciencia, por robarles tiempo, por esperar a que haga una foto para hincar el diente a un postre, por estar ahí, apoyarme y probar todas mis recetas, las consagradas que repito asiduamente y los experimentos, los aciertos y los fracasos. Para mí la repostería es un bonito hobby, no es mi profesión, no me dedico a ella en cuerpo y alma pero es un pedacito de mí, de lo que puedo llegar a hacer. Y eso me enriquece, me satisface, me enorgullece. Con casi 40 años es bonito saber que podría llegar a dedicarme a esto algún día sí quisiera. ¡Qué nunca es tarde para cumplir sueño! Buscaba un hobby, algo que hacer en casa, a mi ritmo, que me diera satisfacciones a mí, a los que me rodean, y que ¿por qué no? hiciera felices a los míos. Crear algo con las manos, ver cómo crece en un horno, cómo la física y la química se aplica a los alimentos, organizar todo un set para dar protagonismo a algo tan placentero como un dulce y compartirlo con los demás no pensé que me fuera a gustar tanto.
En este loco mundo en el que Internet llegó un día para revolucionar totalmente la vida de muchos habitantes de este planeta siempre es de agradecer que alguien en un lugar remoto o cercano vea uno de mis postres y no sólo le guste sino que le sirva de inspiración y hasta me llegue un mensaje de agradecimiento. Hay todo un abanico de posibilidades para compartir. Me sigue alucinando, de verdad.
Bueno pues después de unas semanas de vacaciones veraniegas en el blog (pero no por las redes sociales) os traigo una receta de dos de mis tartas favoritas en una: la tarta de queso y la tarta de manzana, con un toque caramelizado. Muero de amor. Eso de que caiga un chorrito por el lado de la tarta es arrebatador, y si además es caramelo mmmmmmm, sin palabras. Para hacer esta cheesecake puedes ver el paso a paso y la receta de esta tarta de queso infalible aquí. Para ver el paso a paso del topping no te pierdas el resto del post.
Un postre al más puro estilo Tarta de Manzana. Mis manzanas favoritas para postres, las Granny Smith. Esta tarta es simplemente deliciosa, en cualquier época del año. Este es un postre que indudablemente gana con el tiempo. Lo ideal es hacerlo de un día para otro, hornear una tarde y dejar toda una noche en la nevera refrigerándose y dejando que los sabores se potencien y mejore la textura. Al día siguiente le ponemos la cobertura. Aguanta hasta una semana en la nevera y el sabor y la textura van ganando con los días. Es la tarta perfecta si queréis prepararla unos días antes para una merienda o comida especial. Lo ideal es hacerla en un molde desmontable. En este caso he utilizado uno de 23 cm de diámetro. Siguiendo la tónica de mis últimas cheesecakes en este caso también la he horneado al baño María y he separado las yemas de las claras batiendo estas últimas a punto de nieve.
Truco: para esta tarta de queso he utilizado mi propia receta infalible de cheesecake (esta vez obviando la ralladura de limón). Si queréis una cheesecake con la superficie lisa y perfecta yo recomiendo hacerla al baño María, así se hace más homogénea, se evitan grietas y queda menos densa. Introducir el molde en el horno a 225ºC y hornear durante 10 minutos. Sin abrir el horno bajar la temperatura a 90ºC y hornear 50 minutos más. Luego dejar que se acabe de hacer con el calor residual dentro del horno unas 2h más. No abráis el horno a mitad del proceso si no queréis que se resquebraje la superficie por el cambio de temperatura. Lo ideal es que cuando apaguemos el horno la mezcla esté cuajada pero un poco temblorosa en el centro y con el calor residual se acabe de cuajar, sin llegar a quedar seca. De ahí los cambios de temperatura y la importancia de no abrir continuamente el horno. Una vez pasado este tiempo abrir la puerta del horno y dejar que se adapte al cambio unos minutos, luego dejar enfriar fuera del horno y refrigerar al menos 4 h (lo ideal es toda una noche). Queda una superficie increíblemente lisa, sin grietas, perfecta. Para el topping he adaptado esta receta que encontré en Pinterest. Yo he obviado el clavo molido porque no quería que las especias enmascararan demasiado el sabor del caramelo y he utilizado crème frâiche en lugar de nata (crema de leche) líquida porque sencillamente no tenía, aunque es más espesa y más ácida me ha dado muy buen resultado. Podéis utilizar este topping para coronar una tarta de manzana, unos cupcakes, un bizcocho de manzana, … Queda caramelizada con ese sabor inconfundible. Recordad, ingredientes a temperatura ambiente.
Caramel Apple Cheesecake
INGREDIENTES (12 raciones):
Base y relleno:
– Clica aquí.
Como veis la superficie de la tarta queda lisa y perfecta. Sin grietas.
Topping de manzanas caramelizadas:
– 90 g de mantequilla sin sal
– 3 ó 4 manzanas Granny Smith peladas y cortadas en rodajas
– 100 g de azúcar moreno
– 1 TSP o cucharadita de canela
– 120 g de nata (crema de leche) ácida o crème frâiche
Una vez tengamos nuestra cheesecake horneada y refrigerada toda una noche preparamos el topping de manzanas caramelizadas. Calentar la mantequilla en una sartén. Pelar, cortar y trocear en rodajas las manzanas y añadirlas a la mantequilla derretida.
Mientras batir el azúcar con la nata (crema de leche), calentar en un cazo y verter sobre las manzanas.
Espolvorear la canela sobre las manzanas y cocer hasta que se ablanden, evitando que se doren. Han de quedar blandas. Llevar a ebullición y remover constantemente. Retirar las rodajas de manzana y dejar que se enfríen. Darle un hervor rápido de 2 minutos más a la salsa de caramelo, retirar del fuego y verter en un bol y cubrir. Dejaremos que se enfríe. Una vez fría la salsa vertemos sobre la cheesecake guardando un poco para verter unos chorritos al final. Colocar las rodajas de manzana al gusto y verter un poco más de salsa por encima.
Como veis queda de lo más apetitosa.
Yo me derrito por un pedacito ahora mismo.
¿Os animáis a hacerla? Pues ya me contaréis.
Al cortarla lo ideal es que esté bien fría y el cuchillo (sin sierra) caliente. Yo la capa de manzanas la cortó primero con tijera para que no se deshaga demasiado el conjunto.
Mmmmm esos chorritos de salsa de caramelo son para chuparse los dedos.
Un poco tarde pero celebrando el tercer aniversario del blog
con una deliciosa tarta de queso y manzana con salsa de caramelo.
Si os sobra, podéis guardar el resto de la tarta en una tartera con cúpula, así no se seca en la nevera y se mantiene intacta. Acordaros de sacarla un rato antes de la nevera para que no esté tan fría y se realcen los sabores y la salsa de caramelo se atempere.
SI TENÉIS ALGUNA DUDA, SI OS HA GUSTADO LA RECETA, DADLE AL ME GUSTA, COMPARTID O DEJAD UN COMENTARIO. GRACIAS POR LEER MI BLOG Y HASTA LA PRÓXIMA ENTRADA. PATRI.