Se trata de una pieza muy jugosa que queda fantástica con una buena salsa y algo de verdurita para acompañarla. Y un buen pan, preferiblemente casero para no dejar ni una gota de salsa. Porque con mucha frecuencia, las salsas son lo mejor del plato.
En esta ocasión, he innovado un poco la receta que suelo preparar para añadir un bote de chutney de tomates cherry.
¡No sabéis qué acierto! El chutney es ligeramente dulce y el toque de canela le va fantástico a la salsa. ¡Hasta el cachorrito mayor lo dijo!: "esta salsa está buenísima, mami".
No puedo daros mejores referencias, así que os recomiendo de verdad que preparéis esta receta si queréis sorprender. Además, no hay que preparar sofrito porque el bote de chutney ya nos vale como tal, así que, ¡es súper rápida!
Cómo cocinar carrilleras de cerdo ibérico
1 kg de carrilleras de cerdo ibérico.
Le pediremos al carnicero que nos las deje bien limpias, listas para cocinar.
1 bote de chutney de tomate (lo envasé en botes de unos 200 g.)
2 zanahorias
2 patatas medianas -o patatas pequeñitas, un par de ellas por persona-
1 vaso de vino tinto
1 vaso de agua o de caldo de carne o de verduras
sal
aceite de oliva
2 cucharadas de harina
Salpimentamos las carrilleras, las enharinamos ligeramente y las freímos a fuego vivo por todos sus lados, para sellarlas, en la misma cazuela en la que después las guisaremos. Reservamos.
En el mismo aceite, vertemos el bote de chutney junto con las zanahorias y las patatatas peladas y partidas en trozos grandes.
Cuando empiece a borbotear, incorporamos el vino y dejamos un par de minutos para que se evapore el alcohol.
Añadimos las carrilleras y, si es necesario, el agua o caldo hasta cubrirlas.
Dejamos cocer: en olla rápida, unos 15 minutos (dependiendo de cada olla, revisa las instrucciones de la tuya). En olla tradicional, a fuego medio-bajo, una hora aproximadamente, hasta que la carne y las verduras estén tiernas.
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