Tal día como hoy hace 9 años me sentaba delante de mi difunto ordenador para escribir la primera entrada de este blog. Era una entrada sencilla, pero me costó escribirla como una hora y que todas las personas que estaban en ese momento en casa tuvieron que leer para dar su aprobación antes de publicar.
Pasaron 3 años, en los que se publicaron más de 200 recetas en este blog.
La última, hace ya 6 años.
Pensé que después de esa entrada volvería a publicar, ilusa de mí.
No sabía la que se me venía encima, por eso me fui de aquí sin decir nada.
Abrí una pastelería, que hace ya casi 1 año cerré. Me trajo muchísimas alegrías, alguna pena y muchas noches sin dormir.
En fin, que yo pensaba que algún día tendría algún rato libre para volver a mi querido blog. Pero cada día que pasaba tenía menos ganas. El trabajo era bastante mecánico y rutinario, y la verdad es que pocas ganas de nada tenía cuando llegaba a casa.
Súmale que hace ahora 15 meses me convertí en mamá, y ya si que tenía 0 minutos al día para ponerme a pensar en el blog.
Pero de repente nos confinan, y tengo toooodo el tiempo del mundo para darle vueltas a volver a las andadas. Desgraciada de mí, que en casa no tenía horno. Pasaba un día y otro y cada vez más ganas de volver.
Total, que me lié la manta a la cabeza, y hace unos meses decidí apuntarme en mi libreta todas aquellas recetas que durante 5 años he ido atesorando, y que ahora voy a compartir con vosotros.
Espero que si alguna vez se me vuelve a ocurrir irme sin despedirme vengáis a darme un buen coscorrón.
Cheesecake de chocolate blanco (para un molde de 18cm)
Para el cheesecake
800 gramos de queso crema
240 gramos de chocolate blanco
240 gramos de azúcar blanco
3 huevos M
1 pizca de sal
1/2 cucharadita de vainilla en pasta
100 ml de nata (crema de leche) 35% de materia grasa
2 cucharadas de Maizena
Para la salsa de fresas
300 gramos de fresas y frambuesas
2 cucharadas de azúcar blanco
1 cucharada de Maizena
Para la decoración
100 ml de nata (crema de leche) 35% de materia grasa
Azúcar glass al gusto
Precalentamos el horno a 180°C (160° C si el horno es con ventilador. Engrasamos el molde y forramos la base con papel vegetal.
Derretimos el chocolate blanco y reservamos para que se temple.
En un bol ponemos el queso crema que estará a temperatura ambiente. Agregamos el azúcar y mezclamos. Echamos los huevos, uno a uno, y no añadimo el siguiente hasta que el anterior no se haya incorporado. Añadimos la sal, la maizena y la vainilla, mezclamos bien. Agregamos la nata (crema de leche) y por último el chocolate blanco. Cuando tengamos una mezcla homogénea la pasamos al molde y alisamos. Damos unos golpecitos en la encimera para eliminar cualquier burbuja que se haya podido formar. Horneamos durante 20 minutos. A continuación bajamos la temperatura a 120°C y horneamos durante 1 hora.
Antes de sacar del horno moveremos un poco el molde y solo tiene que moverse el centro. Dejamos enfriar dentro del horno (por supuesto apagado).
Una vez frío, lo dejamos en el frigorífico al menos 6 horas, pero mejor de un día para otro.
Para la salsa de fresas, ponemos todos los ingredientes en un cazo y mezclamos. Ponemos a fuego medio hasta que ma fruta se ponga un poco blandita y la salsa espese. A mí me gusta hacerla el día anterior para que repose.
Decoramos la tarta con nata montada (crema de leche) si nos apetece y ponemos la salsa de fresas encima.
Podéis prescindir de la nata (crema de leche) y la salsa de fresas, pero os aseguro que le dan el toque perfecto.
Aunque también se me ocurre acompañarla de lemon curd, chocolate, Nutella...en fin, paro o no acabamos de encontrarle buenas compañías a esta tarta.
Lo dicho, que nos vamos a ver mucho por aquí. Y si tenéis alguna petición especial de alguna receta hacédmelo saber y dentro de mis posibilidades os la pondré aquí.
Un beso enorme.
Gracias por seguir aquí todo este tiempo.