Hace algunos meses atrás acompañé a mi abuelo al médico y luego él me invitó un chocolate con churros en Candy, una cafetería famosa en Tucumán (Argentina) justamente por preparar esas dos delicias a la perfección. Esa fue la primera vez que comí churros luego de muuuchos años y también fue la última hasta ahora, cuando me animé a hacerlos en casa.
Fue una hermosa mañana compartida con él. Y hoy quise traer de vuelta ese recuerdo y esos sentimientos preparando churros caseros… y por supuesto compartiendo la receta con todos ustedes
Ingredientes (para 12 churros):
425 ml de agua
5 grs de sal
5 grs de azúcar
250 grs de harina 0000
C/N de aceite para freír
C/N de azúcar para espolvorear
Preparación:
1- Calentar el agua, la sal y el azúcar hasta alcanzar el primer hervor.
2- Volcar el agua sobre la harina en una olla amplia que permita revolver con comodidad, y continuar cocinando, sin dejar de mezclar, a fuego moderado durante un minuto aproximadamente. Se debe conseguir un engrudo homogéneo que se despegue de la olla fácilmente.
3- Aceitar la mesada. Volcar la masa y golpearla estirándola ligeramente, luego plegarla sobre si misma. Repetir el proceso tres veces para sacar el aire del interior. No se debe dejar enfriar la masa.
4- Tomar una porción de la masa aún caliente y darle forma de cilindro para poder introducirla en la churrera. Presionar bien para que no quede aire. Previamente se debe aceitar tanto el interior como el émbolo de la churrera.
5- Apretar la masa con el émbolo y colocar los churros que vayan saliendo sobre una placa aceitada ligeramente. Los churros pueden ser de cualquier tamaño.
6- Dejar secar los churros entre 10 y 15 minutos mientras se caliente el aceite para freír.
7- Introducir los churros cuando el aceite alcance 170°. Freír hasta que tomen color dorado, retirar y escurrir sobre papel de cocina.
8- Espolvorear azúcar y servir.
*Se pueden rellenar con una manga con pico de aguja.
*La masa de los churros no puede guardarse cruda y freírse después. Ya cocinados duran un par de días, pero pierden un poco de su textura crocante.