En cualquier caso, una receta deliciosa, que nos arregla un desayuno o merienda y que nos trae sabores tradicionales de España.
La receta que yo preparo es la que viene en el libro de Xavier Barriga sobre cocas, libro muy recomendable con recetas de cocas tradicionales, dulces, saladas, hojaldradas...
INGREDIENTES
500 g de harina de trigo
10 g de sal
300 ml de agua
35 ml de aceite de oliva suave
10 g de levadura fresca
Piñones
Azúcar
Anís dulce
ELABORACION
Vamos a empezar por el final, poniendo en remojo los piñones con los que vamos a decorar. Si no los hidratamos bien, es muy posible que en el horno se nos quemen. Se cubren de agua y antes de usarlos los escurrimos bien.
Mezclamos la harina y la sal con el aceite y el agua, simplemente integrarlo bien, no amasamos y dejamos que repose 30 minutos.
Pasada esa media hora volvamos la masa sobre la mesa de amasado y con la ayuda de un poquito de agua añadimos la levadura y amasamos 5 minutos, dejamos reposar 10 y repetimos la operación de amasado 3 o 4 veces, hasta que tengamos una masa, lisa, manejable y elástica, cuando ya la tengamos lista la dejamos reposar, por ejemplo dentro del horno apagado durante 2 horas.
Pasado este tiempo, la masa ha crecido, la volvamos en la mesa y la dividimos en 3 partes iguales.
Con una brocha de cocina, pintamos de aceite un papel de horno, damos forma a las cocas con las manos y las ponemos sobre el papel de horno que hemos pincelado. Las cocas podemos hacerlas mas o menos gruesas, eso va en gustos, mas gruesas quedan más esponjosas y más finas mas crujientes, prueba y quedate con la que más guste en casa.
Pintamos las cocas con aceite y las dejamos fermentar sobre la bandeja durante 1 hora. Pasado este tiempo es el momento de decorarlas. Cubrimos con abundante azúcar, unos piñones y al horno, previamente calentado a 240ºC, en 10-15 min las tendrás listas, va a depender de tu horno, del grosor y de si te gusta´na más o menos tostadas, el punto ideal es cuando se empieza a caramelizar el azúcar.
Sacamos las cocas del horno y nada más sacarlas las rociamos con el anís, se escucha como se craquela el azúcar caramelizado y la cocina se llena de un olor riquisimo.
Si sois capaces de esperar, que se enfríen un par de horas y a disfrutar.
"danos cada día nuestro pan cotidiano" Lucas 11, 3