Lo tradicional es cocinar al vapor las verduras, de cualquier tipo, pero, podemos ir más allá y, usando un envoltorio de aluminio refractario para conservar la humedad, hacer carnes y pescados. Lo que no podemos olvidar es que, cada alimento precisa de un tiempo diferente para su preparación, y debemos estar atentos al mismo.
Las ventajas de las que podemos disfrutar son las siguientes:
- Conserva todos los nutrientes intactos por el escaso contacto con el agua que tiene.
- Se mantiene la forma y consistencia por lo que, luego podemos utilizar los alimentos cocinados para decorar platos.
- No se pierden las vitaminas A, C, los minerales ni el hierro.
- Con este tipo de cocción no utilizamos grasas ni aceites y. de esta forma, digerimos mejor los alimentos.
- Añadiendo aromatizantes al agua conseguimos un sabor único.
- El caldo que sobra se puede utilizar para posteriores sopas.
- Se consigue gastar menos agua y no queda aguado.
A la hora de cocinar al vapor tenemos que utilizar una rejilla o utensilio donde colocar los alimentos para que éstos no entren en contacto con el agua. Otras opciones que existen son: las ollas especiales, los robots de cocina y las vaporeras de silicona o metal con varios pisos.
El último invento que ha visto la luz proviene de la compañía Lékué y consiste en un cuenco que se repliega sobre los alimentos y se puede introducir tanto en las ollas como en el horno combinando los beneficios de la cocción al vapor con un resultado tostado.
¿Sueles cocinar de esta forma los alimentos?, ¿qué recetas ‘al vapor’ nos puedes aportar?