Lo bueno de repetir platos que no salen a la primera, es que te vas dando cuenta de los errores cometidos. En mi caso, comprendí que salsa no ligaba porque ponía demasiado aceite en relación a la cantidad de pescado que quería cocinar. Una vez solucionado no hubo problema con el pil pil y las cocochas de bacalao quedaron riquísimas. Os cuento esto, no para aburriros, más bien para alentaros y que no desesperéis si no queda a la perfección en el primer intento, sobre todo porque hay que pillarle el truco al plato y controlar bien la temperatura del aceite.
INGREDIENTES:
500 gr de cocochas de bacacalo (frescas o desaladas)
200 ml de aceite de oliva virgen extra
2 dientes de ajo
1/4 de guindilla
1 ramita de perejil fresco
sal
ELABORACIÓN:
1. Lavamos y secamos las cocochas con papel absorbente. Recortamos las telillas que puedan tener alrededor y las salamos.
2. Ponemos a fuego moderado una cacerola con el aceite y los dientes de ajo laminados. El tamaño de la cacerola debe ser suficiente para que al echar las cocochas no monten unas sobre otras.
3. Cuando el ajo comience a tomar color añadimos la guindilla troceada y continuamos dorando todo, con mucho cuidado de no quemar los ajos para que no amarguen. Hecho esto, retiramos la guindilla y los ajos a un plato y quitamos del fuego la cacerola.
4. Añadimos a la cacerola las cocochas con la piel hacia arriba, una vez que haya bajado la temperatura del aceite. Durante la elaboración el aceite jamás debe hervir.
5. Llevamos de nuevo al fuego con el hornillo en temperatura baja y cuando observemos que se forman pequeñas burbujas alrededor de las cocochas retiramos del fuego y comenzamos a menear la cacerola con movimientos circulares para ligar la salsa (las burbujas nos indican que la gelatina del pescado se está desprendiendo y por ello debemos comenzar a emulsionarla con el aceite). Si la temperatura baja volveremos a poner las cocochas al fuego hasta ver de nuevo las burbujitas y repetimos el proceso tantas veces como sea necesario para que la salsa espese. La textura debe quedar parecida a una mayonesa, aunque se puede espesar más o menos según el gusto de cada uno.
6. Una vez que tengamos la salsa ligada servimos de inmediato las cocochas, decorando con el ajo laminado, la guindilla troceada y perejil fresco picado.
¡Buen provecho!
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