En general me gusta la comida internacional, ya sea japonesa, mejicana, italiana, tailandesa, libanesa o de donde sea. Pero hoy nos vamos a centrar en un acompañamiento mejicano que seguro que muchos habéis probado debido a su popular fama en nuestro país, el guacamole. No había probado a hacerlo casero, pero me he animado a ello y el resultado ha sido brutal, ¡me he vuelto adicta!
Además el aguacate es beneficioso por muchos motivos, es muy recomendable para deportistas por el gran aporte de energía extra que da, y al contrario de lo que muchos piensan, contiene grasas "buenas" beneficiosas para la salud como son los ácidos grasos Omega 3. El aguacate ayuda a estabilizar el colesterol, baja el "malo" y sube el "bueno", también estabiliza el ritmo cardiaco y repara la masa muscular por su contenido en proteína y potasio (más que los plátanos), por eso es bueno para deportistas.
Tiene más beneficios, pero seguro que con estos ya os convencido a que consumáis aguacate, así que para comenzar ¿qué tal en el guacamole?
INGREDIENTES
2 aguacates
1/2 pimiento verde (o 1/2 chile si lo queréis picante)
1/2 cebolla dulce (que no pique)
1 ramillete de cilantro
1 diente de ajo
1 tomate pequeño
zumo de 1/2 lima
sal
ELABORACIÓN
La forma tradicional de hacerlo es en un mortero, pero si no tenemos, nos apañamos con los utensilios que haya en casa, como un bol.
Picamos el pimiento verde (o el chile) y la cebolla muy finita y lo añadimos a un bol. Lavamos, secamos y picamos el cilantro también muy fino y lo añadimos a la mezcla anterior. Pelamos los aguacates y los cortamos en dados, lo añadimos al bol anterior y con un tenedor lo machacamos todo mientras lo mezclamos.
Exprimimos la media lima y añadimos el zumo al bol para mezclarlo con los ingredientes que ya tenemos. Pelamos el diente de ajo y lo picamos, hacemos lo mismo con el tomate y añadimos ambos ingredientes (ambos cortados muy pequeñitos) al bol. Añadimos sal al gusto y lo mezclamos todo bien de forma que se integren todos los componentes.
Para servirlo podemos acompañarlo con nachos, que usaremos a poco de "cuchara" para comernos el guacamole. Es ideal como acompañamiento de unas deliciosas fajitas o burritos.