Ya seáis de los que celebran Halloween el 31, el día de los Santos el 1 o el de los difuntos el 2, seguro que habéis tenido alguna celebración especial en estos días.
A mi me propusieron juntarnos en casa de un conocido, que tiene en su patio un horno de leña refractario, y que le quería dar algo de uso, para lo que había convocado un “concurso”, (sin premio) de preparación de pizza casera, desde la base hasta los ingredientes.
Foto by Luisma
Ha sido una experiencia chulísima, pues no solo hemos tenido la oportunidad de probar masas para mí totalmente desconocidas, como una masa negra hecha con tinta de calamar, si no que por fin he conseguido hacer una masa de pizza en condiciones. (La primera vez que la hice se me quedó dura como una piedra, y sabía mucho a harina, y la segunda vez quedó tan fina que luego se me escurría la pizza por todos lados y no conseguía meterla en el horno, jaajjajaa.) Ya me conocéis, yo y las masas. Pero esta vez sí que ha salido rica rica, y por supuesto eso es una motivación para hacer más en el futuro.
Se supone que en la variedad está el gusto, y en este caso desde luego que las pizzas no han podido ser más variopintas ajustándose al gusto de cada uno de los cocineros.
Algunos hemos usado harina que incluía ya la levadura, y otros han traído levadura fresca o en polvo, incorporándole unos aceite, otros cerveza, o solo agua y así, cada masa tenía una textura y un sabor diferente, (por no hablar, claro de la masa con tinta de calamar).
Es impresionante la velocidad con la que se hacen las pizzas en un horno de leña refractario, y el increíble sabor que toma la masa y los ingredientes cocinados en el horno. Hay que tener cuidado, porque si ponemos la masa directamente en la piedra lo más normal es que se llene de ceniza y se nos estropee el sabor. (¡¡Menos mal que cabezas más avispadas que las nuestras han traído unas bandejas de metal para el horno!!)
Ya empiezan a salir las primeras pizzas:
La de tinta de calamar con nata (crema de leche), anchoas y calabacín…una explosión de sabor sorprendente. Una de las favoritas.
La siguiente pizza en salir, ha sido todo un descubrimiento para mi. ¿Sobrasada? No gracias. Es un sabor que me cansa muy rápido, y aunque a lo mejor un poquito untado en un trocito de pan, si me puede gustar, la verdad es que por ejemplo una tostada entera de sobrasada no me entra. Sin embargo, atención a esta pizza de sobrasada, queso brie y miel, porque ha sido un éxito de crítica y público….¡¡qué cosa más buena por favor!! Yo, por ejemplo, en el momento de las votaciones le he dado mis tres puntos, pues, ¡ha conseguido que algo que de por si normalmente no me entusiasma mucho, me parezca una delicia!
La de una servidora, con salsa de tomate natural, con un chorreón de perrins, y oregano y coronando, una cama de espinacas, queso mozzarella de búfala, cebolla morada, champiñones y arañitas de aceituna para darle el toque oscuro de la celebración de este fin de semana.
Yo creo que lo que más me ha gustado de todo el sarao, es la tontería de sacar la pizza del horno con la pala de madera, jajaja ¡Más auténtica imposible!
La de mi compañero de aventuras, que tiene todo el mérito del mundo pues, siendo la primera vez que hace una pizza en su vida, se ha quedado segundo tras el reparto de votaciones. ¡Y es que mirad que pinta! Con los bordes de la pizza un poco levantados para aguantar bien la salsa, esta pizza de nata (crema de leche) con un toque de nuez moscada y pimienta, puerros y algunas tiras de bacon ha sido aclamada por todos.
Y a partir de aquí yo me he tenido que plantar. ¡No podía comer ni un bocado más!
Una pena porque ha quedado, el increíble experimento gastronómico de fusión del anfitrión del horno. Esta increíble “sopizza” como ha sido bautizada, mitad sopa, mitad pizza, que ha habido que comerla con un tenedor. Los ingredientes al final no han quedado claros del todo, pero la salsa, preparada a parte en una olla, llevaba entre otras cosas, patata, tomate, pimientos verdes y rojos y dos hamburguesas. :) ¡sí sí! Así que mitad guiso de carne mitad pizza. Imaginaos, me encuentro ante semejante experimento y ¡no lo puedo ni probar! Pero todos coincidían que aunque pizza, pizza no era, el sabor estaba bueno. ¡Lo que nos hemos reído!
Y finalmente, la última pizza, de la que no tengo foto :( también estaba deliciosa con una mezcla de salsa hecha de tomate natural rallado, acompañando jamón serrano, maíz y cebolla. Muy jugosa y con un sabor buenísimo. Esta sí la he probado, después del té me he animado a coger un trocito porque aún sobraba. Y es que el maíz en la pizza me gusta mucho y no me he podido resistir.
Y tras un rato de deliberar y de votar de forma no secreta, bajo las amenazas y coacciones del resto de los cocineros, (jaja) finalmente hemos declarado como pizza ganadora la de brie con sobrasada y miel. ¡Suprema!
Vuestra Nimuë se ha quedado tercera, empatada con la de tinta de calamar, y las otras dos pizzas han recibido menos votos, pero también porque han salido más tarde y ya no podíamos más, por lo que no se disfrutan igual.
De todas formas, como no había premio, al final hemos ganado todos pues nos hemos llevado un día de risas, amasar, cocinar, cervecita va, cervecita viene, solecito de Otoño, que es el mejor que hay y unos estómagos llenísimos para el resto del día pues, ¡no creo que hayamos cenado ninguno!
¿Y vosotros? ¿Habéis hecho alguna vez un concurso de comida con vuestros amigos solo por diversión?
¡Contadnos!
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