¡¡Vuelvo a la carga con más galletas!!
Esta vez, de las blanditas por dentro. De esas cookies que tantísimo me gustan, una mezcla entre galleta y bizcochito.
Pero no solo me gustan por su increíble textura, también por su sabor. Recordando lo mucho que me entusiasmaron las kleicha, pensé que no sería mala idea volver a juntar el sabor y dulzor de los dátiles con el aroma del agua de azahar. Y vaya que si no lo fue. Conseguí otra combinación de sabores deliciosa para unas galletas. Porque me encantan los pistachos, los dátiles me vuelven loca y ADORO (así, con mayúsculas) el agua de azahar. De hecho, creo que se lo añadiría a prácticamente todos los dulces. Es un sabor que de inmediato mi cerebro relaciona con mi época del año favorita: la Navidad. Y, para mí, todo lo que suponga "Navidad" o tenga alguna relación con ella, por remota que sea, me gusta por encima de cualquier otra cosa. Por eso creo que cuando utilizo agua de azahar, la agrego sin miedo, casi a discreción.
De nuevo, otra receta que pasa a formar parte de mis imprescindibles para cuando me da por hornear cookies para los desayunos de los días venideros. Y es que, al igual que todas las demás cuyas recetas tenéis en el blog, se conservan súper bien durante semanas dentro de una caja metálica.
Espero que os gusten y empezar a ver pronto por las redes fotos de las vuestras ;).
Cookies de dátiles, pistachos y azahar:
INGREDIENTES (para unas 20 galletas)
60g de mantequilla, a temperatura ambiente
70g de azúcar
1 huevo L
1-2 cucharadita(s) de agua de azahar
90g de harina
1/3 de cucharadita de bicarbonato
1/8 de cucharadita de sal
150g de dátiles deshuesados y picados
50g de pistachos pelados y picados
PREPARACIÓN
Batimos la mantequilla con el azúcar durante unos 3 minutos, o hasta que la mezcla blanquee. Agregamos el huevo y el agua de azahar, y seguimos batiendo hasta que se integren perfectamente.
Sobre esta preparación, tamizamos la harina con el bicarbonato y la sal. Integramos con una espátula.
Por último, incorporamos los dátiles y los pistachos, y mezclamos lo justo para que se repartan de manera uniforme por toda la masa.
Formamos un bloque con la masa, lo cubrimos con papel film y lo dejamos enfriar dentro de la nevera durante unos 20 minutos.
Precalentamos el horno a 180ºC.
Pasado el tiempo de reposo, formamos bolas de unos 20g cada una, y las repartimos entre dos bandejas de horno cubiertas con papel vegetal. Horneamos 10-12 minutos a 180ºC.
¡¡Un besazo!!