A la hora de cocinar, cada persona es un mundo. En función de sus gustos o de quién hemos aprendido a cocinar, tenemos unas costumbres u otras. Algunos cocinamos con más aceite, otros con menos o añadimos los ingredientes en una u otra fase. Sin embargo, existen una serie de leyes que todo buen cocinero debe respetar. Por eso, queremos hacer un repaso de los errores más comunes, para que así puedas corregirlos si es que tienes alguno.
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Qué hacemos mal en la cocina?
La primera es un clásico de los cocineros primerizos, empezar a cocinar cuándo el aceite todavía no está lo suficientemente caliente. Siempre hay que echar el aceite y esperar a que chisporroteé ligeramente, siempre sin dar lugar a que se nos queme.
Otro gran error que cometemos de forma frecuente, es esperar a que el agua hierva en la olla. Existe una leyenda instalada, de que hay que esperar a que el agua hierva para poder cocinar. No es cierta, lo ideal es cocinar a fuego lento, cuándo las primeras burbujas llegan a la superficie es el síntoma de que podemos empezar a cocinar.
Conseguir el punto perfecto para la carne, sigue siendo una de nuestras asignaturas pendientes. Esto se debe principalmente a dos factores, en primer lugar, antes de cocinar, siempre tenemos que dejar que la carne pierda el frío sea del refrigerador y más aún si es congelada. Si cocinamos la carne en frío corremos un riesgo alto de cocinar la carne por unos lados y por otros no.
Tal vez porque vamos con prisa lo mismo sucede tras cocinarla, no debemos comerla de inmediato, si no dejarla reposar al menos un par de minutos. En este mismo ámbito, respecto a las verduras debemos tener en cuenta, que absorben el calor, por lo que se deben retirar un poco antes y acabar de cocinarse con su calor interno.
Cuando cocemos pasta para hacer por ejemplo, carbonara o boloñesa, casi siempre pasamos la pasta por agua nada más cocerla, algo que no verás en ningún restaurante italiano, ni siquiera en un restaurante de Madrid o de Barcelona, ya que es "sacrilegio" dentro del mundo de la cocina. La pasta, una vez cocina, suelta su propio almidón que hace que se ligue mejor la pasta con la salsa y mejore su sabor, si lavamos la pasta el almidón se pierde. Siguiendo estos consejos, seguro que en poco tiempo mejoras el sabor de tus platos considerablemente.