Además es muy fácil de preparar y sólo ensuciaremos un único recipiente, aquél en el que lo vayamos a hornear.
Y lo mejor de todo es que ... ¡está delicioso! ¡Rico, rico de verdad! Muy esponjoso y ligeramente húmedo, y con un sabor a chocolate impresionante. El resultado es muy similar al de un brownie.
¿Y sabéis por qué se me ha ocurrido preparar esta receta? Por un lado porque llevaba tiempo queriendo hacerlo y por otro lado porque me lo recordó la publicación de mi querida Amalia del blog Cuadernos de Cocina hace unos días. Bueno, en realidad estaba yo fisgoneando en su blog para hacer uno de sus bizcochos y me di cuenta de que me faltaba un ingrediente. Así que, seguí cotilleando entre sus dulces (son todos tremendos) y me encontré con este otro bizcocho que me ha vuelto loca desde que lo vi (loca yo y loca este bizcocho... aquí estamos todos fatal, ja ja ja) y en poco más de media hora después estaba yo sentadita en el sofá tomándome un trozo de este delicioso pastel (sí, media hora, no estaba yo muy paciente y me lo comí más bien templado, aunque no es lo recomendable. ¡No me riñáis!)
Amalia cuenta en su receta que el bizcocho gana sabor al día siguiente, así que si no tenéis mucha prisa, podéis aguantarlo y desayunarlo al día siguiente de su preparación.
Le he hecho unas pequeñas variaciones sin importancia a la receta de Amalia. La primera de todas, no le añadí nueces (soy alérgica a ellas). Y la segunda, le cambié la cobertura porque no tenía chocolate negro en casa, así que le hice una crema de cobertura mezcla de Nutella y queso de untar.
Y esta receta se la dedico a Amalia que además de buena cocinera es una buena amiga a la que tengo la suerte de conocer en persona y que está siempre disponible para todo lo que necesite. No se me olvida todo lo que me ayudó cuando empecé a hacer galletas decoradas y todas las dudas que me resolvió. ¡Mil gracias!
Y sin enrollarme mucho más... ¡Vamos con la receta!
Ingredientes:
Para el bizcocho:
- 1 taza y media de harina normal
- 3 cucharadas soperas de cacao en polvo (por cacao en polvo no me refiero al típico cacao en polvo que ponemos en la leche para el desayuno; me refiero a cacao puro en polvo, tipo el de la marca Valor o Dr. Oetcker)
- 1 taza de azúcar
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 pizca de sal
- 5 cucharadas de aceite de girasol
- 1 cucharadita de vinagre
- 1 cucharada de esencia de vainilla ( Si no tenéis podéis ponerle azúcar avainillado, aunque el sabor no será tan intenso)
- 1 taza de agua
Para la crema:
- 5 cucharadas de Nutella
- 2 o 3 cucharadas de queso de untar
Modo de preparación:
En el recipiente que vayamos a utilizar para hornear pondremos los ingredientes secos, es decir, la harina, el azúcar, el cacao, el bicarbonato sódico y la pizca de sal. Lo mezclaremos todo bien, y haremos tres huecos: en uno de ellos verteremos el aceite, en el otro el vinagre y en el otro la esencia de vainilla. Por encima de ellos pondremos el agua. Y mezclaremos todo, hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.
Una vez mezclados lo llevaremos al horno, a unos 180ºC durante 20 o 25 minutos aproximadamente. Todo depende del tamaño del recipiente que hayáis elegido y de vuestro horno. Así que cuando el bizcocho lleve unos 20 minutos de cocción os recomiendo que lo pinchéis para ver si está listo o le falta tiempo aún.
Una vez horneado, es recomendable dejarlo enfriar.
Como ya os he dicho, mi cobertura es diferente a la de Amalia. Si queréis una cobertura de chocolate más durita que contraste con lo esponjoso del bizcocho podéis ver como la prepara ella.
Si lleváis más prisa, o simplemente queréis un acabado más parecido a un glaseado o a una crema de chocolate, el que os voy a explicar es muy facilito y rico.
Simplemente pondremos en un vaso unas 5 cucharadas de Nutella y la pondremos en el microondas hasta que quede blandita. A esto le añadiremos dos o tres cucharadas de queso de untar y mezclaremos bien. Y listo para extender por encima del bizcocho.