La sopa o mejor dicho crema fría que hoy comparto hoy es muy muy refrescante y el sabor aunque al principio os puede chocar, acaba siendo adictiva.
Es importante que aprovechéis los alimentos que tengáis en la nevera para hacer éste tipo de sopas o cremas frías. Antes de tener que tirarlas... aprovechamos la madurez de los mismos para hacer platos tan exquisitos como el que os presento hoy.
1 pepino grande
1 aguacate maduro
1 yogur natural
Zumo de 1 limón
1 diente de ajo pequeño
Sal, pimienta y Aceite de oliva
Lavamos y pelamos el pepino, y troceamos e incorporamos en el recipiente donde vayamos a hacer nuestra crema.
Hacemos lo mismo con el aguacate. El mío estaba excesivamente maduro, lo que fue perfecto para la crema de hoy, aunque el color del mismo no acompañara mucho, la verdad.
Un buen chorro de zumo de limón, cuidando de retirar las pepitas.
El yogur. Si os gusta el yogur griego, podéis utilizarlo, ya que le dará una untuosidad distinta a la crema, pero yo utilizo natural desnatado para quitar un aporte de grasa, ya que el aguacate ya dispone de ella.
El diente de ajo al que habremos retirado el alma como siempre.
Sólo quedar añadir sal, pimienta negra al gusto y un chorrito de aceite de oliva. Yo además he añadido unas hojitas de menta, que reforzará el sabor y refrescará muchísimo.
Batir, batir y batir. Que todos los ingredientes se integren bien y nos quede una crema suave y untuosa.
Es importante que la probéis. Y si necesita un poco más de limón o sal lo añadáis en éste momento. Y a la nevera.
Cuando la sirváis, mirad la consistencia y sino la queréis tan espesa, podéis añadir un poco de agua sin problema.
Para presentarla podéis añadir unas semillas de sésamo o como es mi caso, unos taquitos de tomate sin semilla.
Ya me diréis si la incorporais a vuestras sopas veraniegas.
BUEN FIN DE SEMANA.