Así que aquí está la solución: Estos croissants con la textura de un bollito, sin huevo y sin un solo gramo de mantequilla, solo aceite de oliva suave. Mucho más sano, ¿verdad? Y os aseguro que harán las delicias de cualquiera ;-)
CROISSANTS FÁCILES:
- Ingredientes:
- 500g de harina de fuerza ( 12% de proteína)
- 20g de levadura fresca
- 80g de azúcar
- 10g de sal
- 110g de aceite de oliva suave
- 250g de leche
- 1 cucharada de vainilla en pasta
- Ralladura de 1/2 limón
- 1/2 vaso de leche + 1 cucharada de azúcar para pincelar
- Elaboración:
- Deshacemos la levadura en la leche. En un bol echamos todos los ingredientes (primero los secos y después los líquidos) y amasamos con una espátula si lo hacemos a mano o bien con el gancho si lo hacemos en la amasadora.
Veremos que la masa al principio es algo pegajosa, pero con el amasado va desarrollando el gluten, volviéndose lisa y nada pegajosa. Si os gusta, podéis terminar de amasar a mano. Es algo que a mi me encanta y además te ayuda a apreciar mejor el estado de la masa :-)
Cuando la tengamos, la dejamos reposar tapada en un bol en la nevera durante toda la noche o si sois de los que no quieren esperar, podéis dejar la masa igualmente tapada en un lugar cálido cerrado (dentro del horno es perfecto) durante 2 horas. La masa habrá aumentado su volumen.
Enharinamos levemente la superficie donde vayamos a trabajar y extendemos la masa dándole forma rectangular y con un grosor de unos 3mm. Cortamos triángulos equiláteros de 15cm de largo y los estiramos un poquito de la punta para alargarlos. Enrollamos estirando un poco de la punta, para aportar algo de tensión a la pieza y que así no se desenrolle durante su posterior reposo y horneado.
Vamos dejando los croissants ya formados con la punta siempre hacia abajo y con las "patitas" dobladas hacia dentro ( o no si los queréis estirados) sobre una bandeja forrada con papel de hornear y los pincelamos con la mezcla de leche y azúcar.
Los dejamos reposar en un lugar cálido cerrado durante una hora (de nuevo dentro del horno es estupendo). Al final del reposo veremos como nuestros croissants han aumentado su tamaño hasta casi duplicarlo.
Pincelamos de nuevo los croissants con la mezcla de leche y azúcar y los horneamos con el horno precalentado a 180ºC durante 30 minutos.
Los sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla. Una vez fríos podemos bañarlos con chocolate y espolvorearlos con azúcar glass.
¡Están riquísimos! La única precaución a tener es la más que posible visita de todo el vecindario atraído por el olor que saldrá de tu horno ;-)
Se conservan bien durante un par de días, pero si te duran más, solo tienes que darles un golpe de calor en el microondas y volverán a estar tiernos y esponjosos ;-)
Y si eres tan fan del chocolate y los croissants como yo, no dejes de hacer la receta de croissants de doble chocolate , te encantarán!
Hasta la próxima receta
Abrazos