1 cebolla
80gr de jamón serrano picado
harina
3/4 litro de leche entera
Aceite de oliva
2 huevos para el rebozado
Azucar
Vino blanco
sal
pimienta
Nuez moscada
pan rallado
PREPARACIÓN:
1. Limpiamos la cebolla y la picamos, añadimos unas cucharadas de aceite y doramos la cebolla.
2. Añadimos dos cucharadas de azúcar y un chorro de vino blanco. Dejamos cocer a fuego lento durante una hora removiendo de vez en cuando.
3. En otra sartén o cazo añadimos una cucharada de aceite de oliva y cuando empiece a calentarse añadimos el jamón serrano. Le damos un par de vueltas con una cuchara de madera, no hay que dejar que se dore, y a continuación agregamos dos cucharadas soperas de harina. Refreímos bien la harina hasta que se tueste un poquito y poco a poco vamos agregando la leche. Salpimentamos y añadimos un poco de nuez moscada.
4. Según vamos añadiendo la leche vamos removiendo bien con un batidor para que no se hagan grupos. No tiene que quedar espesa sino mas bien cremosa. Cuando hayamos conseguido el punto de cremosidad deseado apartamos del fuego y entonces añadimos la cebolla caramelizada.
5. Dejamos que se enfríe y guardamos en la nevera asta el día siguiente para que se mezclen bien los sabores.
6. Al día siguiente damos forma a las croquetas las pasamos por huevo batido y después por pan rallado. Dejamos reposar una hora para que el huevo se sequé y no se abran al freirlas.
7. Las freímos en abundante aceite de oliva de poco en poco para que no se enfríe el aceite, retiramos del fuego y dejamos reposar sobre papel de cocina para que absorba el escaso de aceite.