Se me quedaron las manos "ensangrentadas" tras perforar un montón de cerezas para extraerles su corazón, su pepita, con un sacahuesos. La "sangre" de las cerezas mancha mucho, es muy escandalosa y, al terminar, la cocina parecía el escenario de un crimen, más propio de una película de Quentin Tarantino estilo "Kill Bill". Juro que soy inocente y que mi intención no era otra que hacer un crumble; ya sabéis, un pastel de frutas que va recubierto de una masa de harina, mantequilla y azúcar, que se pone al horno, se sirve templado y puede acompañarse de un helado por aquello del contraste calor-frío. La palabra crumble es de origen inglés y quiere decir desmenuzar, desmigar, desmigajar. De hecho, para hacer este postre hay que cubrir la base de fruta con esa masa convenientemente trabajada y desmenuzada como si se tratase de migas de pan. Todo tiene su lógica, su por qué. He leído que el crumble surgió en Inglaterra a raíz del racionamiento que sufría la población durante la Segunda Guerra Mundial. Lejos de desmoronarse -otra acepción de la palabra crumble, según el diccionario- la población se las ingenió para afrontar las adversidades y escasez de alimentos y poder seguir disfrutando de un pastelito con el que acompañar el té de las cinco. Good save the crumble!
RECETA
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INGREDIENTES (para 6-8 personas)
PARA LA MASA:
200 g de harina.
150 g de azúcar.
150 g de mantequilla fría.
1 cucharadita de esencia de vainilla.
40 g de almendra laminada cruda. PARA EL RELLENO:
700 g. de cerezas sin pepitas.
1 cucharada colmada (unos 23 g) de harina de maíz (Maicena).
50 g de azúcar.
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PREPARACIÓN DEL RELLENO
Quitar las pepitas a las cerezas y partirlas por la mitad.
Añadir el azúcar y dejar macerar una media hora.
Una vez maceradas, habrán soltado jugo, añadir la Maicena y mezclar, esta absorberá el líquido.
Poner en una fuente de horno y cubrir con el crumble.
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PREPARACIÓN DEL CRUMBLE
Poner en un bol todos los ingredientes excepto las almendras laminadas e ir frotandolos hasta que quede una masa harinosa. No hay que trabajarla mucho. Tiene que quedar como si fueran migas.
Cubrir las cerezas con el crumble y meter en el horno precalentado a 180º durante 25 minutos.
A media cocción abrir el horno y agregar las almendras laminadas y esperar a que quede dorado y crujiente.
Servir tibio, acompañado con helado de vainilla.