Buenos días, ¿qué tal ha ido la semana?
Por aquí ya estamos en modo otoñal total, bueno otoñal como el año pasado. Cuando salgo de casa a primera hora de la mañana hace 12 grados, cuando salgo de clase a las 4 hace 27 grados y cuando salgo de trabajar volvemos a 12. Así que me paso el día cargada con ropa de un lado a otro.
De hecho el otro día iba tan cargada entre la ropa de abrigo y las cosas de clase que me metí el móvil en el bolsillo de atrás del pantalón para abrir la tienda y cuando fui al baño se me había olvidado que lo llevaba ahí así que adiós móvil.
Además de esto estos días han sido muy raros y no sabía si contarlo por aquí o no, hay veces que me da la sensación que nos exponemos demasiado en las redes sociales, pero al final puede afectar al blog y además a mi una de las cosas que me gusta de leer blogs es saber cómo es la persona que está detrás de la pantalla, no me gusta demasiado los blogs que son simplemente recetas y no cuentan nada más. Hace un año que mis abuelos están mal de salud y a los dos les han diagnosticado dos enfermedades graves degenerativas. Como en Lanzarote no hay recursos y mi madre, quien tiene también una enfermedad crónica, está allí sola con mi madre han decidido traer a mis abuelos a Vitoria donde hay muchas más facilidades y recursos.
Mi madre ha venido con ellos de momento hasta que vea a que recursos pueden optar y como yo vivía en casa de mis abuelos ha significado que he tenido que meter todas mis cosas en cajas y maletas para dejar sitio a sus cosas y volver a poner en su sitio todo lo que había quitado así que entre ayudar a mi madre con mis abuelos, las clases y el trabajo no tengo mucho tiempo libre para dedicarlo a mi y mucho menos al blog. Tenía muchas ideas pensadas para octubre, pero al ver que no llegaba estoy tirando de recetas que tenía para otros momentos. No sé cuánto tiempo duraré así porque no sé cuando voy a conseguir mudarme.
Para compensaros toda este rollo os traigo una de mis recetas favoritas y es que el crumble es para mi la definición perfecta de confort food, es tan fácil de hacer y tan rápido que es uno de esos dulces a los que recurro cuando necesito subir el ánimo. La hago mucho, pero nunca me convencían las fotos así que aquí está por fin.
Ingredientes
100 g de harina (se puede sustituir por harina de arroz si lo quereis sin gluten)
100 g de panela
110 g de mantequilla
Canela
2 Manzanas
Limón
Precalentamos el horno a 200º.
En un bol mezclamos la harina con la panela, la mantequilla y la canela. Frotamos la mezcla intentando conseguir migas sin que la mantequilla se ablande.
Pelamos y partimos las manzanas en cuadraditos.
Echamos zumo de limón por encima para evitar que se oxiden.
Engrasamos una fuente ligeramente con mantequilla.
Colocamos la manzana extendida por toda la bandeja y echamos las migas por encima.
Horneamos unos 25-30 minutos.
Lo bueno de esta receta es que la puedes adaptarla a tus gustos poniendo las especias que más te gusten y hacerla en diferentes formatos. Yo normalmente la haga en fuente de cristal, como en la foto, pero podéis hacer un poco más de masa y amasarla más para usarla como de base de mini tartaletas o para hacer una tartaleta grande como este crumble de melocotón.
Feliz semana :)