Ingredientes (12 cupcakes aprox):
1 taza y 1 cucharada sopera de harina de trigo
1/2 taza azúcar moreno
1 taza de leche vegetal (yo he utilizado de avena)
1/2 cucharadita de vinagre de manzana
2 cucharadas soperas de harina de maíz fina
1 cucharadita de bicarbonato
1/2 cucharadita de sal
1/2 taza de aceite de oliva
1 cucharadita de levadura en polvo
2 zanahorias
1 puñadito de nueces peladas y a trocitos
ralladura de media naranja
1-2 cucharaditas de canela en polvo
Para el frosting:
1 yogur de soja
1 cucharada de zumo de naranja
1-2 cucharadas de azúcar glassé
Preparación:
Para empezar, en la taza de la leche vegatal añadimos la media cucharadita de vinagre de manzana y lo dejamos reposar unos minutos. Como os explicaba en la receta de las magdalenas de canela y limón, así conseguiremos crear una buttermilk.
A continuación, mezclamos los ingredientes secos excepto el azúcar. Seguidamente, batimos bien el azúcar con la buttermilk y le añadimos el resto de ingredientes secos y el aceite. Batimos muy bien, y añadimos también las dos zanahorias peladas y ralladas, junto con los trocitos de nuez, la ralladura de naranja y la canela.
Lo repartimos en moldes para magdalenas y lo metemos al horno precalentado a 180ºC durante unos 15-20 minutos. Como siempre os digo, esto varía en función del horno que tengáis, pero una vez haya subido pasados los primeros 12-15 minutos, ya podéis pinchar las magdalenas para ver si están bien cocidas por dentro.
Cuando las tengamos, las retiramos del horno y las dejamos enfriar.
Para preparar el frosting, batimos el yogur de soja con el azúcar glassé y la cucharada de zumo de naranja. Así de fácil, y se lo repartimos por encima a nuestras magdalenas. ¿Qué os parece? Espero que os animéis a probarlo y me expliquéis como os han salido! :)