Más tarde ya en verano asistí al mejor desayuno de cumpleaños que haya jamás acontecido, el de mi sobri, que prepararon sus hermanos, todos menores de edad así que vergüenza a los adultos que no se atrevan. La foto lo dice todo, ya sé que es difícil de superar pero hay que tener objetivos retadores o nos quedaremos en lo mediocre.
Por eso te proponemos diferenciarte esta Navidad con desayunos perfectos que tus invitados no van a olvidar fácilmente. Puede ser que te encuentres en una situación tipo “vuelveeeeeeeee a casa vueeeeelve por Navidad” es decir reencuentro familiar o de amigos durmiendo en la misma casa o que te encuentres conviviendo con la misma gente que el resto del año, o que vivas solo y te des un homenaje con música y lectura matutina o directamente y lo más estiloso-glamuroso-vanguardista: que organices un desayuno de Navidad con quien tú quieras.
Lo más importante la puesta en escena
En realidad lo más importante es la compañía y el buen rollo pero la puesta en escena es fundamental. Te puedes comer cualquier cosa pero en un escenario perfecto. Elige una mesa o unas bandejas, manteles o telas, platos, tazas, servilletas, flores, fotos, la iluminación, la temperatura, la música. Dentro de tus posibilidades y de lo que tengas al alcance de la mano crea un escenario apetecible.
Lo que buscas es la experiencia, normalmente se recuerdan los sonidos, los olores, el tacto así que ya sabes, ni platos de plástico, ni olor a coliflor hervida ni la tele de fondo con anuncios. A mi me encantan las cocinas pero no siempre es posible, el comedor, el estudio, el dormitorio, una terraza, el parque de tu barrio. Todo vale.
¿Te o café? ¿Leche?
Para mi café pero mejor ten previstas las dos cosas. La leche es la leche, de verdad, compra leche fresca para tu desayuno de Navidad, y no la sirvas en el tetra brik, sírvela en una botella de cristal o a una jarra y tendrás conquistado al personal.
Esto vale para casi todo, en un desayuno de fiesta los envases comerciales están prohibidos. Sirve zumos, mermeladas, mantequilla, fiambres, patés o lo que vayas a ofrecer en platos, jarras o piezas de vajilla inventada con cartón o madera, nunca en sus envases o perderás puntos.
¿Qué servir?
Es conveniente que haya fruta, puede ser en zumo, smoothie o troceada. También debe haber mermeladas, mínimo dos tipos.
Mermelada de piña y naranja
Mermelada de cerezas
Las tostadas son un clásico, también está bien que haya dos opciones, por ejemplo, de pan de molde clásico y de pan de barra, quizá alguno integral.
Algo salado es conveniente ofrecer, por ejemplo huevos pasados por agua o revueltos o lomo en fiambre loncheado presentado graciosamente en una bandeja.
Dentro del apartado de lácteos para mi el protagonista indiscutible es el yogurt casero, últimamente lo tomamos con sirope de ágave y es una combinación exquisita.
Mi experiencia dice que lo que arrasa son las tortitas, las crepes y los gofres caseros. Dentro del capítulo tortitas te propongo las de plátano o las clásicas.
Las crepes con mermelada o Nutella son memorables pero nadie vuelve a ser el mismo tras unas crepes a la cassonade.
De nuestro catálogo de gofres sugiero fuertemente los gofres de Bruselas que son imbatibles, los suaves de limón para gente tierna o mi nueva adicción: los especiados con harina integral.
Otro clásico son los bizcochos y las magdalenas, tenemos un montón tras años blogueando, para empezar puedes probar las magdalenas de naranja, o las celestiales con pepitas de chocolate y entre los bizcochos el de mandarina o el de plátano que hace tiempo que no lo hago.
Naturalmente no tiene que prepararlo todo, fruta, tostadas y lácteos son fijos, luego elige una o dos opciones dulces, o una dulce y una salada en función del número y preferencias de los invitados
Los gofres tienen a su favor, además de suponer un momentazo gastronómico cuando están bien hechos, que los puedes tener congelados y los calientas en la tostadora o en el horno. Las crepes se pueden tener hechas de antemano y sólo calentar un minuto en la crepera. Las tortitas hay que hacerlas a última hora pero también mola si las puedes preparar delante de los asistentes a tu super desayuno. La bollería es lo más cómodo sin duda y tiene ejércitos de fans.
En versión industrial tienes de todo, preparado para tortitas, gofres, magdalenas, bizcochos, panes, mermeladas…. Hazlo tú mismo o cómpralo hecho pero no dejes pasar la Navidad sin vivir la experiencia
De momento nada más… ¡y nada menos! como decía Pablo Pineda. Empieza a organizar desayunos que aquí empieza tu ruta hacia el título de anfitrión perfecto.
¡Feliz Navidad y felices desayunos! Es probable que no nos leamos hasta el año que viene, nos vamos de vacaciones gastronómicas.
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