Siempre cuento que la fiesta de Halloween que he vivido en mis años americanos es una fiesta preciosa en la que los niños disfrutan muchísimo, nada que ver con la explosión gore de España. En Estados Unidos las casas se decoran de manera terrorífica, pero los disfraces no tienen por qué ser de muertos ni fantasmas, sino que las calles se llenan de princesas y superhéroes felices que van pidiendo caramelos.
Aunando estas dos ideas, los disfaces bonitos y el vintage, pensé en esas muñequitas antiguas de los recortables, que se ponían un vestido encima para transformarse en indias, en flamencas o en jardineras.
Una de las muñecas más típicas de este estilo es Dolly Dingle, cuya creadora, Grace Drayton, fue una pionera de la ilustración infantil. Las Dolly Dingle paper dolls fueron creadas en torno a 1910 y se popularizaron enseguida; aún hoy se pueden comprar los recortables con esta coqueta muñequita mofletuda y simpática.
Para no aburrir con el relato del proceso, os pongo unas cuantas fotos del making of. En resumen: preparé unas cuantas galletas cubiertas de icing, hice una transferencia de la imagen a la galleta, y fui rellenando poco a poco la ilustración con de icing blanco de consistencia espesa.
El efecto vintage básico se consigue envejeciendo las galletas un poco, con color marrón en polvo.
Para dar color a la galletas opté por usar los pinceles, nunca ha sido mi técnica favorita pero para un efecto vintage pensé que quedaría bien.
Imagino que no necesito contar que no gané el reto. Pero mis hijas se volvieron tan locas con estas muñequitas que me doy por premiada. Voy a pedir a los Reyes que me traigan unas cuantas Dollys recortables. He visto que siguen existiendo y me he llevado una alegría, con lo monas que son.
Para aprender a hacer esta receta de galletas, puedes pinchar aquí.
Para aprender a hacer el icing, pinchar aquí.
Para saber cómo hacer un buen icing blanco, pinchar aquí.
Para copiar una imagen sobre una galleta, pinchar aquí. O aquí si tenemos un Kopykake o proyector.