Haremos estas galletas en tres pasos:
Dibujar con lápiz sobre la galleta lo que queramos,
preparar un icing perfecto y
dejar secar cada parte para que no se mezclen los colores.
Un icing correcto nos hará pasar un excelente rato decorando, pero de lo contrario puede suponer un estrés. Por eso, si mi icing no está perfecto cuando empiezo a decorar, prefiero perder media hora en ponerlo en su punto que pegarme dos días maldiciendo cada vez que se me desgracia una galleta. Lo que hago es aplicar la sabia teoría sobre parquímetros y multas de mi amiga Claudia: por ahorrar un dólar no se pagan 20.
Para hacer este tipo de galletas necesitaremos icing de consistencia espesa, para que quede mas gordito y no se nos desparrame; la ideal es entre los 15 y los 20 segundos –puedes consultar tus dudas sobre consistencias pinchando aquí-.
El mayor riesgo de esta textura es que se nos haga un cráter en la zona central y se hunda el glaseado, lo cual sucede si tenemos burbujas de aire. Para evitarlo, lo único que hay que hacer es pinchar bien cualquier burbujita que tengamos; yo aunque no vea ninguna pincho siempre la zona central del icing.
La segunda clave de estas galletas es planificar el orden en el que vamos a ir decorando para que no se nos mezclen los colores. Tendremos que decorar partes que estén alejadas unas de otras, dejando al menos media hora para poner el glaseado al lado del anterior. Si estamos trabajando con colores muy diferentes -uno muy claro y uno muy oscuro- vale la pena esperar hasta 24 horas para que no se produzca el sangrado de las galletas. En el caso de mis Emmas no tuve ese problema, ya que la única parte complicada era el límite entre la faldita azul y las piernas y no hubo transferencia de colores.
Para acabar las galletas, volví a utilizar mi paleta Petalcrafts para hacer los coloretes de las mejillas muy suavitos.
Y esta vez que el toque especial se lo di pegando unas estrellitas de papel comestible a la falda; me parece que quedó monísima.
Estas estrellitas las tengo desde el año de la polka y no se estropean; por eso siempre que veo decoraciones bonitas creo que hay que comprarlas. Un día en Berlin vi unas pepitas de oro de azúcar y las he acabado usando para otras galletas de muñequito con el mismo cortador.
Podéis ver el paso a paso de la en mi Instagram, como siempre.
Os deseo suerte con vuestras muñequitas. ¡Trabajad bien el icing y seguro que haréis maravillas!