Es por eso que me encanta la bollería casera, porque sé que obtendré un dulce tierno, esponjoso y como no, riquísimo. Justo lo que sucede con estos donuts cubiertos de chocolate, que cumplen con todos los requisitos que te he nombrado antes, lo que hace que sean totalmente adictivos.
Esta es una receta que te aseguro que repetirás en más de una ocasión, pudiendo versionarla para adaptarla a tus gustos.
Coge el delantal, ¡qué empezamos!
- Ingredientes:
- 420g de harina de fuerza (12% proteína)
- 12g de levadura fresca
- 210ml de leche
- 1 huevo "L"
- 50g de azúcar
- 50g de mantequilla a temperatura ambiente
- 1/2 cucharadita de sal
- 100g de chocolate negro para postres
- 100g de chocolate blanco para postres
- Almendra en láminas para decorar (opcional)
- Trocitos de almendra crujientes para decorar (opcional)
- Elaboración:
- Templamos la leche y disolvemos en ella la levadura. Ojo, como he dicho, se trata solo de templarla (unos 37ºC) no de calentarla, ya que sino podríamos "matar" nuestra levadura, y eso es lo último que buscamos.
Añadimos el azúcar, la sal, el huevo y la mantequilla y removemos bien hasta que esté todo integrado. Lo que tarda más es la mantequilla.
Agregamos la harina y amasamos hasta obtener una masa que no se pega ni al bol ni a las manos.
Tapamos el bol con film y lo dejamos reposando en la nevera toda la noche o bien en un lugar alejado de corrientes (ya sabes que dentro del horno apagado es un lugar estupendo) durante 2 horas o hasta que haya duplicado su volumen.
Después de esta primera fermentación, sacamos la masa y la estiramos sobre una superficie ligeramente enharinada dejándola de un grosor de alrededor de 1,5cm.
Cortamos los donuts. Para ello es muy útil tener un cortador, que puedes ver en la foto anterior, ya que facilita bastante la tarea. Te dejo el enlace a la tienda de My Karamelli, que es donde yo adquirí el mío.
¡Pero no te preocupes si no tienes uno o no quieres comprarlo! Podrás hacer tus donuts igualmente usando un vaso y alguna boquilla redonda, por ejemplo. Usa lo que tengas por casa.
Como siempre hacemos, une y amasa un poco los recortes de masa para poder cortar más donuts con ella. Si ves que te cuesta estirarla, déjala reposar unos minutos para que el gluten se relaje y que te sea más fácil trabajarla.
Coloca los donuts sobre la bandeja del horno forrada con papel de hornear y déjalos fermentar tapados con un paño durante unos 40 minutos.
Calienta aceite abundante y fríe los donuts un para de minutos por cada lado. Ve dejándolos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Recuerda mantener el aceite a una temperatura constante para que los donuts no se doren por fuera antes de tiempo, quedando crudos por dentro.
Mientras los donuts de templan, derretimos los chocolates al baño maría, para bañarlos y hacerlos totalmente irresistibles.
Puedes dejarlos tal cual o darles el toque final con lo que más te guste, en mi caso he optado por esparcir sobre el chocolate aún sin endurecer trocitos de almendra crujiente y almendra en láminas.
Espero que te animes a hacerlos, porque te aseguro que repetirás esta receta en muchas ocasiones.
Y como no, si para ello necesitas resolver alguna duda, déjame tu comentario más abajo y yo te contestaré encantada.
Te recuerdo que en el blog puedes encontrar otra receta de Donuts glaseados, ¡ríquísimos también!
Abrazos