Ya se que me estoy poniendo pesado con tanto pescado y tanto quitar espinas y escamas, pero como es fundamental en nuestra dieta comerlo, pues yo insisto. Ja,ja,ja claro que es preferible que nos lo limpie el pescadero.
Yo suelo hacerlo así, a no ser que los haya pescado, pero simplemente trato de enseñar como se hace por si algún atrevido o atrevida se anima. Igual algún día vamos a "Supervivientes" o "La Isla de los Blogueros" y tenemos que subsistir a base de nuestra pesca. Que mal lo iban a pasar algunos/as ja,ja,ja.
La dorada es uno de los mejores pescados que se pueden comer y gracias a las piscifactorías que tenemos en nuestra costa existe la posibilidad de comerlas frescas. Cierto es que el sabor no es el mismo que las salvajes, pero a falta de pan, buenas son tortas. Siempre se le puede regar con un poco de limón y aceite para hacerlas más sabrosas.
La distinguimos de otros pescados por su color plateado brillante y por su franja dorada en su frontal. (Ver foto)
Nota: Para quitar las tripas hacemos una incisión con las tijeras desde el vientre hasta las agallas y sacamos todo y enjuagamos bien, recordad que la sangre debe ser de un rojo intenso, no oscura. De ésto no tengo fotos porque acostumbramos a limpiarlos en el mar cuando los pescamos.
1.- Con unas tijeras cortamos todas las aletas laterales, dorsales y la cola.
2.- Utilizando un cuchillo grande y afilado abrimos el pescado por la parte del vientre e introducimos la punta a la altura de la cabeza a ras con la espina central y vamos bajando sintiendo como se cortan las espinas del abdomen y seguimos hasta llegar a la cola, teniendo cuidado de no atravesar el pescado.
3.- Ahora cogemos el pescado boca arriba y para cortar la cabeza lo mejor es dar un golpe seco al cuchillo para cortar los huesos de la misma y el pescado se abrirá en dos (ver foto).
4.- En una sartén o plancha poner un poco de aceite de oliva virgen extra y sal gorda.
5.- Colocar el pescado poniendo siempre primero para abajo la parte de la espina, es decir, la parte que hemos abierto. Hacer siempre lo último la piel. Dependiendo que tipo de pescados si hacemos primero la piel, luego al darle la vuelta, la carne coge el sabor a quemado. La dorada no suele oler.
6.- Doramos por ambos lados teniendo cuidado al dar la vuelta (utilizar una espátula grande)
7.- Servir abierta con un chorreón de la propia grasa que suelta la piel.