"En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantoslos sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda."
Así comienza uno de los libros más reconocidos de la literatura española, "El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha"de Miguel de Cervantes, publicado en 1605. Y este es el libro que están estudiando este año en el colegio de mi hijo, así que cuando desde "La Cocina Typical Spanish" nos lanzaron el reto de #Entrelibrosandaelguiso para conmemorar el Día del Libro no dudé mucho.
Ya en su primer párrafo, nos relatan la dieta de este hidalgo, que incluía este plato típico manchego: los duelos y quebrantos. Un plato compuesto por huevo, chorizo y tocino.
Su origen no está claro, pero si consultamos en la "Wikipedia" podemos leer varias teorías.
A mi, llevando los ingredientes que tiene, me preocupa poco de dónde surge.
INGREDIENTES (para 4 personas):
Chorizo: 2.
Tocino entreverado: 200 gramos.
Tacos de jamón: 200 gramos.
Huevos: 8.
Aceite de oliva virgen extra.
ELABORACIÓN:
Troceamos los chorizos y el tocino.
En un bol cascamos los huevos y rompemos la yema; no hace falta batirlos, solo hay que romper la yema con un cuchillo.
En una sartén grande ponemos un poco de aceite de oliva y sofreímos el tocino. Cuando empiece a cambiar de color, retiramos la grasa sobrante.
Añadimos el jamón y lo rehogamos.
Añadimos el chorizo y lo rehogamos.
Cuando el chorizo esté cocinado, echamos los huevos y dejamos que se cuajen. Cuando estén casi cuajados, removemos bien para que se mezclen todos los ingredientes.
Servimos en cazuelas de barro.