¡Hola a todos los amantes de lo dulce y lo casero! Hoy quiero compartir con todos vosotros una receta especial que siempre ha ocupado un lugar en mi corazón (y en mi estómago): el dulce de leche casero. ¿Hay algo más reconfortante que el sabor cremoso y dulce de este delicioso manjar? Creo que no.
El dulce de leche es una de esas maravillas gastronómicas que nos hacen apreciar las cosas simples de la vida. ¿Quién podría resistirse a una cucharada de este dulce y suave néctar? Y aunque sí, puedo escucharlos decir que es más conveniente comprarlo en la tienda, déjenme decirles que el proceso de hacerlo en casa es una experiencia totalmente diferente. La satisfacción de ver cómo la leche se transforma en este dorado tesoro es incomparable.
Ingredientes
1 litro de leche entera
350 gramos de azúcar
1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
Esencia de vainilla (opcional, pero altamente recomendada)
Elaboración
Preparación inicial
Comenzamos vertiendo la leche en una olla grande y la llevamos a fuego medio. Agregamos el azúcar y revolvemos suavemente hasta que se disuelva por completo.
Cocción lenta
Una vez que el azúcar se haya disuelto, añadimos el bicarbonato de sodio. Este ingrediente ayudará a que nuestro dulce de leche adquiera esa consistencia suave y sedosa que tanto amamos. También agregamos unas gotas de esencia de vainilla para darle un toque de sabor extra.
El arte de la paciencia
Ahora viene la parte más difícil: esperar. Reducimos el fuego a bajo y dejamos que la mezcla hierva a fuego lento. Es importante revolver ocasionalmente para evitar que se pegue en el fondo de la olla.
La transformación
Veremos cómo la leche va adquiriendo un color dorado y una consistencia más espesa a medida que se va cocinando. Este proceso puede llevar aproximadamente una hora, así que les recomiendo armarse de paciencia y disfrutar del aroma que inunda la cocina.
El momento de la verdad
Una vez que nuestro dulce de leche haya alcanzado la consistencia deseada, retiramos la olla del fuego y dejamos que se enfríe un poco. Luego, lo transferimos a un frasco de vidrio limpio y lo dejamos reposar en el refrigerador durante unas horas para que adquiera su textura final.
¡Y voilà! Ahí lo tenéis, vuestro propio dulce de leche casero listo para ser disfrutado en cualquier momento y con cualquier postre que se os ocurra. Desde untarlo en unas simples galletitas hasta agregarlo a un delicioso postre casero, las posibilidades son infinitas.
Espero que disfrutéis tanto como yo preparando esta maravillosa receta.
No obstante, si andáis con prisas y no podéis o no queréis esperar su larga elaboración en el mercado lo tenéis ya preparado.
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Fuente: este post proviene de El Desván de Vicensi, donde puedes consultar el contenido original.
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