La niñez es una etapa en la se adquieren los hábitos que tendremos a lo largo de nuestra vida, entre ellos la alimentación. Es un periodo en el que se instauran las 'conductas claves' para que el niño goce de buena salud ya siendo adulto. Los pequeños, desde edades tempranas, comienzan a mostrar sus preferencias y rechazos hacia los alimentos, por lo que se pueden producir carencias y limitaciones nutricionales.
Comer en el cole y en casa
Durante la infancia y la pubertad, una buena alimentación es fundamental para un mejor desarrollo del organismo y también para que el niño pueda encarar las largas jornadas escolares. Tus hijos emplean el mayor tiempo de su día en el colegio, y muchos de ellos comen allí. Por ello, los centros educativos suelen contar con un servicio de comedor que se preocupa por ofrecer una dieta equilibrada. Por otra parte, los padres también se preocupan de lo que comen sus hijos. El entorno familiar y escolar son de suma importancia ya que marca las pautas a la hora de determinar la actitud de los niños hacia la elección y el consumo de determinados alimentos.Un estudio realizado por el FROM, sobre "El consumo del pescado en comedores escolares", a una población de 50.000 niños, ha revelado que sus actitudes hacia la comida en el colegio son positivas, aunque prefieren comer en casa. Esta preferencia se debe a razones que tienen que ver con el placer, la falta de obligación, y no con la nutrición. El pescado, destaca por ser ligero y digestivo, por aportar alto valor nutritivo y fundamentalmente por ser esencial en una dieta saludable. Según el FROM, su bajo consumo se relaciona con la falta de hábito en edad escolar.
Preocupación por la alimentación de tus hijos
El estudio realizado permitió observar el comportamiento de los niños en un día que tenían pescado en el menú. Para este estudio se visitaron 1.147 centros de enseñanza primaria. Los datos arrogados han mostrado que el 76% de los escolares se comieron todo el pescado. El 44% de los encargados afirmaron que cuando lo ven en el menú, tardan más en comérselo.Este alimento no es muy frecuente en los menús y la oferta no es muy variada. Por eso, Elena Espinosa, ministra de Agricultura, ha recalcado la necesidad de generar una mayor variedad de pescado para el consumo escolar (en filetes, sin espinas..., etc) y con platos más imaginativos para combatir la monotonía y el aburrimiento, que lleva a los pequeños a desecharlo de su alimentación.
En los comedores, la presencia del pescado en los menús no llega a dos veces por semana, y apenas se presenta como un plato elaborado. En el resto de los casos es secundario, como
guarnición, componente (arroz con almejas) o ingrediente (tortilla de atún, empanadilla de bonito). Por lo que podemos resumir que existe una baja presencia en relación a otros alimentos, como es el caso de la carne, que los escolares valoran como especialmente atractivo. En cualquier caso, el 85% de los niños se lo acaban comiendo. Aunque la mayoría lo toman, existe un nivel de descontento que se traduce en comentarios entre ellos (un 16% se ha visto contrariado porque hay pescado) y tardan en terminar el plato.
Factores como éstos condicionan la escasez de este alimento en los comedores:
Tradición, apetecibilidad (que es menos atractivo que la carne), precio (el pescado es más caro), funcionalidad (se evitan por el riesgo de espinas), monotonía, conflicto a la hora de comer (tanto en casa como en el colegio, se complica el momento de la comida), prestigio juvenil (no forma de parte de la cultura de los jóvenes del fast food).
Educar a los niños para comer lo adecuado
Esta tarea no es nada fácil, pero si los padres comienzan a enseñarles desde pequeños, aprenderán las reglas básicas de una buena nutrición para mantenerse sanos. La obesidad también es otro problema que crece día a día y que a la larga puede traer consecuencias muy negativas para la salud. Hemos de tener en cuenta que el rechazo a determinados alimentos es común en la infancia. A determinadas edades, los niños están más interesados por el mundo que los rodea que por los alimentos. Por ello, la comida debe ser un momento agradable para disfrutar.Es importante reconocer el papel que juegan los docentes, los directores y encargados de los centros en la educación alimentaria. Sin embargo es papel de muchos agentes contribuir a una nutrición sana: profesores, comedores, el medio escolar, los profesionales sanitarios y familia han de trabajar juntos para mejorar la dieta diaria de los más pequeños. Al fin y al cabo, la alimentación de hoy es la salud del mañana.