Una cosa que me encanta de los platos ingleses son sus nombres, siempre curiosos y originales y cuando me encontré con este, claro, no podía irme sin probarlo.
La idea es muy sencilla -nata (crema de leche), merengue horneado y fresas- y es que la receta de este dulce es tan fácil que parece una broma pero os aseguro que en cuanto lo probéis os va a conquistar. La mezcla de texturas, entre la nata (crema de leche), las fresas y los merengues, lo hace irresistible o al menos así ha sido para mí porque desde que lo probé por primera vez, ya no he vuelto a comer fresas con nata (crema de leche), ahora siempre Eton mess. ¡Eso sí que es amor!
¿Qué necesito?
500 gr de fresas
300 ml de nata (crema de leche) para montar
100 gr de merengues horneados o suspiros
2 cucharadas de azúcar glas
¿Cómo lo hago?
Lo primero de lo que nos tenemos que encargar es de los merengues. Podéis comprarlos o hacerlos. Nosotras os recomendamos esta última opción ya que son muy facilitos. Aquí tenéis nuestra receta. Si os animáis a hacerlos en casa, preparadlos con antelación porque los necesitamos fríos.
Ahora vamos con la nata (crema de leche).
En un bol grande vertemos la nata (crema de leche) (siempre fría de la nevera), añadimos el azúcar y montamos con ayuda de una batidora de varillas.
Lavamos y cortamos en rodajas las fresas y las añadimos a la nata (crema de leche). Por último, rompemos los merengues en trozos no muy pequeños y los añadimos a la mezcla. Revolvemos bien y servimos.
¿Qué más necesito saber?
Si optáis por seguir nuestra receta de los merengues o suspiros, tenéis que eliminar el cacao de los ingredientes porque lo que nos interesa es hacerlos blancos.