Galicia es un sitio donde se come muy bien, eso es indudable, pero en cuestión de postres no se queda atrás y la Bica está entre los mejores. Para mí la Bica de Trives, la auténtica, es como la magdalena de Proust.
Es probarla y volver a las tardes de invierno, a Manzaneda, a la nieve, a intentar a aprender a skiar de un modo "aceptable" (cosa que nunca conseguí, la verdad..), al viejo trineo de madera, a las manos congeladas, a las botas apreski, a ese momento maravilloso de recoger todo y bajar al pueblo a cenar sopa calentita y Bica de postre.
Esos momentos de volver a entrar en calor en un pequeño restaurante se han quedado en mi memoria como unos de los mejores de mi infancia.
La bica auténtica no es fácil de hacer (con la masa madre hemos topado...) y desde luego no entraría en nuestras recetas facilísimas para cocineras perezosas. Pero hace un par de años mi amiga Loli envió a un grupo de whatsupp esta receta y desde entonces cada vez que queremos Bica, es la que usamos.
Aunque para los ortodoxos no será la autentica, tiene tres ventajas: está de muerte, el parecido es más que razonable y como es tan grande, hasta la fecha tiene el honor de ser el único de nuestros postres que consigue llegar al día siguiente :-). Y la alegría que dar tener algo casero para el desayuno, bien merece empezar a calentar el horno :-)
Así que esta es nuestra receta que para nosotros siempre será "La Bica de la amiga de Loli", no sabemos quién es esa amiga, por cierto, pero desde aquí, gracias, muchas gracias :-).
Ingredientes:
400 gr. de azúcar
200 ml. de nata (crema de leche)
400 gr. de harina
1 sobre de levadura
4 huevos
200 gr. de mantequilla (si tenéis manteca mucho mejor..)
Precalentamos el horno a 180 º. Mezclamos en un recipiente grande los huevos con el azúcar y batimos (yo lo hago manualmente), y vamos añadiendo y mezclando el resto de los ingredientes: la nata (crema de leche), la mantequilla (algo ablandada), la harina y la levadura.
Cuando lo tengamos listo, lo colocamos en un molde previamente forrado con papel de horno (imprescindible si queremos que parezca Bica de verdad). Y paso muy importante, espolvoreamos con azúcar por encima (generosamente, sin miedo) para que luego quede esa capa crujiente tan característica. Y la dejamos en el horno (unos 200º) sobre media hora o cuarenta minutos.
Y ya sólo queda disfrutarla en una de esas tardes de otoño de , sobre de té, mantita y casita calentita...