2 pellizcos generosos de hebras de azafrán
2 cucharadas de agua hirviendo
600 grs de solomillos de pollo (o pechugas sin huesos ni piel) en tiras anchas
40 grs de romero bien picado
2 cucharadas de aceite de ajo
2 cucharaditas colmadas de sal gruesa
pimienta negra
aceite de oliva
Elaboración:
Majamos el azafrán en un mortero y a continuación agregamos el agua hirviendo, para dejar en infusión por lo menos durante 20 minutos o hasta que el agua se haya enfriado y adquirido un color rojo muy intenso.
Colocamos los filetes de pollo en un cuenco y vertemos encima el aceite de ajo, el romero bien picado, sal, pimienta negra en abundancia y, por último, el agua del azafrán. Revolvemos bien para que toda la carne quede impregnada con la marinada, cubrimos el cuenco con film transparente y dejamos en el frigorífico durante una hora más o menos.
Ponemos a fuego medio-vivo una sartén grande, echamos un poco de aceite y, sin cargar mucho la sartén, freímos los filetes durante 3 o 4 minutos por cada lado hasta que se les forme una costra dorada y estén bien hechos. Los servimos bien calientes acompañados de una ensalada, o una quinoa con pistachos, limón y calabacín.